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Petrobras suma otro descalabro; acción cae 9% en dos sesiones

Los papeles de la petrolera brasileña acumulan una caída de 9% en las dos sesiones posteriores a la renuncia de Graça Foster como presidenta y ante el nombramiento de Aldemir Bendine como su sucesor.

CIUDAD DE MÉXICO.- Las acciones de Petrobras (PT) extendieron una mala racha de dos días con el nombramiento de Aldemir Bendine como nuevo presidente de la petrolera brasileña que no convenció a los inversionistas.

En la bolsa de Brasil, los papeles de la petrolera estatal PT se hundieron 6.94 por ciento, a 9.12 reales por acción que en el índice Bovespa. La acción ampliaba una mala racha de dos días, acumulando una pérdida del 9 por ciento.

El índice paulista perdió 0.90 por ciento y cerró la semana en los 48 mil 792 puntos, mientras que el real se depreció 1.34 por ciento frente al dólar estadounidense, moneda que terminó la semana negociada a 2.776 reales para la compra y a 2.778 para la venta.

EFE que cerró la jornada en baja del 0.9 por ciento, a 48 mil 792.27 puntos, 

El mayor productor de petroleo de Brasil y la mayor empresa estatal de Latinoamérica, inmerso en un escándalo de corrupción sin precedentes, extendió una mala racha de dos días a 9 por ciento.

El nombre del presidente del Banco do Brasil no era de los más fuertes en las apuestas para suceder a Graça Foster, desde que el miércoles se conociera su renuncia como jefa de Petrobras.

El Banco de Brasil, en tanto, cayó un 3.9 por ciento a 21.90 reales.


Foster y cinco de sus directores renunciaron el miércoles con su credibilidad desgastada en medio de un escándalo que develó el pago de millonarios sobornos de empresas constructoras al PT y a partidos aliados, a cambio de contratos en la petrolera controlada por el Estado.

Las acciones de Petrobras cayeron un 75 por ciento durante el mandato de Foster que comenzó en febrero de 2012. Eso se compara con una ganancia de 7.8 por ciento para Exxon Mobil Corp. y un avance del 1.9 por ciento para Chevron Corp.

La trama va creciendo a cuentagotas y se anuncia como uno de los principales desafíos para la recién reelecta presidenta Dilma Rousseff.

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