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México: Brasil te agradece esto...

México se ha visto afectado por las tensiones en relación con el TLCAN y la posibilidad de un nuevo gobierno populista, mientras que hay un optimismo de los inversores en que Brasil tomará más medidas para poner en orden sus cuentas fiscales. 

Por primera vez en cuatro años, Brasil puede pagar aproximadamente lo mismo que México por tomar crédito, lo que subraya una notable recuperación de la mayor economía latinoamericana de un pozo de recesión y corrupción.

Los bonos gubernamentales de Brasil se negocian ahora 247 puntos básicos por encima de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, un descenso de 83 puntos básicos en lo que va del año, según índices de JPMorgan.

La cifra se acerca a la prima de 251 puntos básicos de México y refleja el optimismo de los inversores en que Brasil tomará más medidas para poner en orden sus cuentas fiscales. México, por su parte, se ha visto afectado por las tensiones en relación con el TLCAN y la posibilidad de un nuevo gobierno populista.

"Los inversores han reconocido el mérito de Brasil en lo relativo a la recuperación del crecimiento y el avance de reformas", dijo Lucy Qiu, una estratega de mercados emergentes en Nueva York para UBS, que está sobreponderado en bonos brasileños en dólares y tiene una posición neutral en México.

"En el caso de México, la reciente retórica intransigente en la negociación del TLCAN y una posible victoria de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial del próximo año han desanimado a los inversores en los últimos tiempos".

Los diferenciales de los bonos soberanos de Brasil y México se movieron al unísono en los años que siguieron a la crisis financiera. Empezaron a separarse a mediados de 2013 en tanto los costos crediticios de Brasil subían en un contexto de deterioro fiscal y turbulencia política que derivó en el juicio político a la expresidenta Dilma Rousseff en 2016.

Los costos crediticios de Brasil bajaron y se acercaron a los de México a principios de año al aprobar el Gobierno un límite al gasto para contribuir a reducir el déficit fiscal, pero subieron en mayo cuando el presidente Michel Temer quedó involucrado en una nueva investigación sobre corrupción. La prima de riesgo volvió a caer cuando el mandatario logró que se desestimaran las acusaciones.

Los diferenciales de los bonos mexicanos siguieron la compresión de los activos de mercados emergentes este año, pero el desplazamiento se vio limitado por el creciente temor a que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte pueda no sobrevivir, lo que asestaría un golpe a las exportaciones de México a Estados Unidos, en tanto los negociadores decidieron extender las conversaciones a 2018.

Eso se sumó al temor existente respecto de las perspectivas políticas de México al crecer Obrador en las encuestas con miras a las elecciones de julio. El candidato ha manifestado su oposición a las reformas constitucionales aprobadas en la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, en especial al fin del monopolio de la producción petrolera por parte de la estatal Petróleos Mexicanos.

Sin duda, no hay garantía de que Brasil ya esté fuera de peligro. Su muy anunciada reforma del sistema provisional caro e ineficiente del país aún podría frustrarse, lo que afectaría buena parte del intento de reducir la deuda pública. En el caso de México, las conversaciones sobre el TLCAN bien podrían tener éxito, y Obrador podría declinar en las encuestas.

Sin embargo, el costo de asegurarse contra un default de Brasil –medido por las permutas de riesgo crediticio– bajó dos veces más que el de México este año y mejoró hasta en las últimas semanas, cuando la moneda y las acciones del país cayeron ante la preocupación por el lento ritmo de aprobación del proyecto de ley previsional.

El optimismo de los inversores le permitió a Brasil vender el mes pasado bonos en dólares con un rendimiento más bajo que el previsto en un primer momento. El contexto favorable a los mercados emergentes también permite que se emitan nuevos bonos a menores costos que lo planeado, dijo Michael Arno, un analista de Brandywine Global Investment Management, que administra 74 mil millones de dólares.

"La persistencia de la flexibilización cuantitativa de los grandes bancos centrales ha limitado los rendimientos", dijo. "Y los bonos siguen negociándose bien una vez que se cierra la transacción".

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