Un derrumbe en los valores de la gasolina en Nueva York, sumado a la preocupación de que la decesaleración de la economía china aumentará las presiones de que el exceso de oferta mundial continuará durante la mayor parte del próximo año, arrastraron los precios del petróleo a cerrar la jornada con pérdidas de hasta el 3 por ciento
En el Intercontinental Exchange de la bolsa de Londres (ICE), el contrato del crudo Brent para entrega en octubre, que expira martes, cerró en baja de 3.7 por ciento, para cotizarse en 46.37 dólares por barril.
Por su parte, el crudo WTI de referencia en la Bolsa Mercantil de Nueva York, cayó por quinta vez en seis días en 1.4 por ciento, para terminar en 44.00 dólares por barril, su cierre más bajo desde el 27 de agosto.
Analistas, atribuyeron el descenso de hoy a una reducción en la demanda de gasolina como consecuencia del final del período vacacional de verano.
Los contratos de gasolina para entrega en octubre, los de más próximo vencimiento, bajaron 6 centavos y cerraron en 1.30 dólares el galón, mientras que los de gasóleo para calefacción retrocedieron 5 centavos hasta 1,50 dólares.
Sin embargo, las pérdidas eran limitadas por datos que apuntan al mayor descenso desde junio en el petróleo almacenado en el punto de entrega para el combustible en Estados Unidos.
Los futuros del petróleo se distanciaron brevemente de sus mínimos del día luego de que la firma del mercado Genscape reportara un declive de 1.8 millones de barriles la semana pasada en el punto de entrega del crudo en Estados Unidos situado en Cushing, Oklahoma, según dijeron operadores que tuvieron acceso a los datos.
De confirmarse, las cifras de Genscape representarían el mayor descenso de inventarios desde la caída de 1.87 millones de barriles en Cushing en la semana del 19 de junio, según datos oficiales de la Administración de Información de Energía (EIA) de Estados Unidos.
Los mercados financieros también está a la espera de la decisión de la Reserva Federal sobre si subirá o no su tasa de interés clave esta semana, que podría ser el primer ajuste de política monetaria de Estados Unidos en casi una década. Analistas esperan que los precios del crudo amplíen su declive si la Fed eleva su tasa de fondos federales.
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