Mercados

El peso es más importante para Banxico que la Fed

El banco central sorprendió al mercado con una alza de tasas del pasado 17 de febrero y por el momento la amenaza de otro incremento preventivo es baja; pero Banxico debe mantener las expectativas de mayores aumentos para apoyar al peso.

El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, tiene tres razones para mover las tasas: la Fed, el crecimiento interno y el peso mexicano.

Después del rally de la divisa, y con el Comité de Mercados Abiertos, al parecer, manteniéndose en pausa por ahora, probablemente enviará un mensaje más pesimista, especialmente debido a que los economistas y los traders de swaps siguen viendo más subidas para 2016.

La curva local de intercambios de México está valorada en un incremento de 25 puntos básicos para julio, seguida de otra más alrededor de octubre, antes de que la política de tasas alcance alrededor de 4.3 por ciento para diciembre. Esto se ve como excesivamente agresivo, después de que el peso brincó más de siete por ciento frente al dólar en el periodo del 17 de febrero al 7 de marzo.

En este sentido, la amenaza de otra alza preventiva es baja, por ahora.

Sin embargo, el banco central podría necesitar mantener las expectativas de que subirá sus tasas para apoyar a la divisa, la cual ha sido impactada negativamente durante los episodios de agitación global, por ser el proxy preferido de los vendedores de corto plazo entre los mercados emergentes.

El gobierno conmocionó al mercado el 17 de febrero, con un incremento sorpresa en la tasa, como parte del paquete para detener la caída del peso frente al dólar hacia nuevas profundidades. El banco central señaló que esto no era parte de un ciclo de endurecimiento, sino solo un movimiento preventivo después de que la divisa avivó las preocupaciones en torno a la inflación.

Banxico probablemente optará por observar las últimas presiones inflacionarias, con el peso intercambiándose por encima de las 18 unidades por dólar. El movimiento sorpresa de mediados de febrero para mantener a flote el peso se dio cuando la divisa se acercó a las 19 unidades por dólar.

Carstens dijo el 3 de marzo que un peso más débil podría derivar en un mayor endurecimiento monetario si alimentara las expectativas inflacionarias. Los analistas encuestados por Bloomberg pronostican que la divisa ganaría otro 1.3 por ciento para finales de año, el mejor pronóstico de rendimiento en América Latina.

Y, aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) incremente, todavía es demasiado bajo comparado con los últimos cinco años. La inflación se aceleró a 2.87 por ciento, durante febrero, desde el 2.0 por ciento registrado a mediados de diciembre. Se prevé que la inflación alcance el 3.34 por ciento para diciembre, de acuerdo con el sondeo de economistas de Banxico del 2 de marzo, desde el 3.10 por ciento de la encuesta pasada.

La siguiente reunión de política monetaria en México está agendada para el 18 de marzo, dos días después de la del Comité de Mercados Abiertos, en la cual no se espera un aumento. Para lo que resta del año, los inversionistas estarán observando de cerca los movimientos para confirmar si México realmente ha abandonado su estrategia previa de imitar los movimientos de la Fed.

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