En una de las calles cerradas al sur de la Ciudad de México, a una hora del principal distrito financiero, vive Breogan, una computadora de 350 mil pesos que Alberto Alonso construyó para 'mover' a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Alonso, de 32 años, creó la máquina y el software que se ejecuta con la ayuda de un equipo de 'cerebritos' que incluyó a un físico de la atmósfera y un especialista en robótica.
El algoritmo que utiliza el dispositivo ejecuta automáticamente la compra y la venta de acciones, cuando ve una oportunidad de operación, interviniendo en un mercado en el que todavía es común hacer transacciones por medio de un teléfono en lugar de una computadora.
"México aún no es un lugar para los frikis (geeks), pero denme una oportunidad", dijo Alonso, que con sus pantalones de mezclilla y su camisa fuera del pantalón le dan una apariencia de ser más un estudiante universitario que un operador de Wall Street.
Alonso está tratando de transformar un mercado que va rezagado frente a otras bolsas, en lo que se refiere a la operación de acciones por medio de computadoras.
La BMV está buscando atraer a operadores de algoritmos y es que el mercado accionario mexicano está al menos una década detrás de los mercados estadounidenses en términos de automatización, de acuerdo con Larry Tabb, fundador de la firma de investigación de Tabb Group.
Alonso, que aún está operando en modo de prueba su computadora con un número limitado de acciones, dice que la singularidad del mercado de México le permitirá hacer dinero una vez que su computadora este a toda su capacidad.
Alrededor de una cuarta parte del volumen negociado es impulsado por compañías que también se intercambian en otros mercados - incluyendo nombres tan conocidos como Apple y Facebook – que están abiertas a realizar operaciones de arbitraje para las computadoras lo suficientemente rápido para detectar diferenciales en las cotizaciones bursátiles tanto en pesos como en dólares.
En teoría, cualquier diferencial de precios es una oportunidad para hacer dinero apostando a que éste se reducirá.
Las operaciones de arbitraje incluso se vuelven más atractivas en momentos de alta volatilidad cambiaria, señaló Alfredo Guillén, director de operaciones de mercados de capitales de la BMV.
"Cuando hay una mayor volatilidad en el tipo de cambio, hay más oportunidad de operar ", dijo Guillén. Una serie de bajas del peso durante abril, llevó al dólar a su máximo de cuatro años.
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