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Bien jugado, Banxico, bien jugado

El alza en la tasa de interés que realizó el jueves el Banco Central puso 'patas para arriba' el mercado de futuros, pues las expectativas cambiaron de un momento a otro.

Después de un año y medio de los aumentos de tasas de interés más agresivos del mundo, el Banco Central de México se dispone a sumarse al equipo de la inflación baja

El Banco de México señaló el jueves que terminó con las alzas impulsadas en parte por la caída récord del peso a raíz de las tasas estadounidenses más altas y las dudas sobre Donald Trump.

En un mundo de baja inflación, los 4 puntos porcentuales de ajuste de Banxico desde 2015 convirtieron fácilmente al antes aburrido México en el más activo de los grandes bancos en materia de fijación de tasas.

La Reserva Federal elevó las tasas sólo un punto porcentual durante el mismo período, y algunos países en desarrollo, incluyendo Brasil, India y Rusia las bajaron.

El comunicado del gobernador Agustín Carstens y su junta de gobierno que acompañó la decisión del jueves puso 'patas arriba' el mercado de futuros.

Los operadores que un día antes preveían un aumento de cuarto de punto para esta semana, con la posibilidad de otro más adelante este año, eliminaron las apuestas a futuros incrementos.

Ahora calculan en un 90 por ciento las probabilidades de una rebaja en diciembre, en comparación con un 19 por ciento un día antes. El secretario de Hacienda del país también sugirió que cabe la posibilidad de tasas más bajas.

"En nuestra evaluación, hay una probabilidad significativa de que el aumento de 25 puntos básicos (del jueves) marque el final del largo ciclo de alzas", escribió Alberto Ramos, economista jefe de Goldman Sachs Group para América Latina, en una nota de investigación a sus clientes.

¿Y por qué no? El peso se recuperó 19 por ciento, el mejor desempeño en el mundo, desde que asumió Trump el 20 de enero.

Si bien Carstens ha dicho una y otra vez que el Banxico no apunta a un nivel específico para la moneda, sino que se centra en las expectativas de inflación a mediano y largo plazo, el repunte del peso les dio espacio para respirar reduciendo las preocupaciones de modificación del tipo de cambio.

Al mismo tiempo, la tasa de equilibrio a cinco años de México, indicador en el mercado de bonos para las expectativas de inflación, cayó hasta 3.65 por ciento, desde 4.07 por ciento a mediados de mayo y un pico máximo de 5.05 por ciento el día que asumió Trump.

El Banco Central apunta a una inflación del 3 por ciento, más-menos un punto porcentual. Por su parte, los economistas esperan que la inflación se reduzca a 3.8 por ciento el próximo año, en comparación con el 6.3 por ciento a principios de junio, según el pronóstico promedio de los analistas en una encuesta de Citibanamex publicada esta semana.

En su comunicado del jueves, la junta directiva del Banco de México adoptó una visión a largo plazo, hablando sobre el efecto colectivo de 10 aumentos separados de las tasas de interés desde diciembre de 2015.

Un miembro de la junta directiva votó incluso a favor de dejar las tasas en suspenso, la primera decisión dividida desde julio de 2015, antes del inicio de la serie actual de aumentos de las tasas.

Quizás la frase más contundente, que aparece en penúltimo lugar y sirve quizá de coda a este ciclo de política monetaria, se extendió a casi 100 palabras.

"La Junta considera que con el incremento que hoy se anuncia, y tomando en cuenta la naturaleza transitoria de los choques que han impactado a las cifras de inflación, la información con la que actualmente cuenta, el horizonte de tiempo en el que operan cabalmente los canales de transmisión de la política monetaria, así como las previsiones que se tienen sobre la economía, el nivel alcanzado en la tasa de referencia es congruente con el proceso de convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3 por ciento".

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