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Nieve artificial: la batalla del esquí contra el clima

En 19 sedes de Juegos Olímpicos de Invierno la temperatura en febrero ha subido 7.7 grados, pero las máquinas de nieve han logrado salvar la fiesta.

La mayoría de los esquiadores en la estación Heavenly en Lake Tahoe ni siquiera notan el centro de máquinas de nieve artificial. El sonido de las bombas y los motores no se escucha hasta que estás dentro. Toda la operación está diseñada para ser discreta: el visitante debe disfrutar, sin preocuparse si el resort está envuelto en una batalla sin cuartel contra el clima.

Esas máquinas son el centro meteorológico de Heavenly, donde cada día una cuadrilla de 38 personas decide la cantidad de nieve que puede fabricar y cuándo y dónde hacerlo. Cuatro computadoras monitorean constantemente la temperatura, humedad, presión atmosférica y el flujo de agua de 66 cañones de nieve automatizados. "Producimos nieve las 24 horas todos los días de la semana, si la temperatura nos deja", dice Barrett Burghard, encargado de superficies de nieve en Heavenly.

Es el segundo año consecutivo en que las nevadas han sido escasas. A nivel estatal, la nieve acumulada fue 25 por ciento del promedio histórico. Enero fue el más seco de la historia y para mediados de febrero, casi cada cumbre en Tahoe había recibido menos del 50 por ciento de su promedio de nieve.

Menos nieve significa menos esquiadores, y eso afecta los ingresos de la industria californiana del esquí de mil 300 millones de dólares. La temporada pasada, las visitas de esquiadores (una métrica de la industria de días esquiados por persona) bajaron 28 por ciento respecto a la temporada 2010-2011.

Los resorts más pequeños, ubicados en los terrenos menos elevados, no pudieron sobrevivir: Badger Pass, en el Parque Nacional Yosemite, y Dodge Ridge, a las afueras de éste, abrieron sus puertas en diciembre, pero cerraron un mes después.
China Peak cerró a mediados de febrero.

"Este ha sido el invierno más 'cruel' que he visto en mi vida", escribió el CEO de China Peak, Tim Cohee, en una carta abierta en Facebook. "No sólo hemos tenido que lidiar con la falta de nieve, sino también con condiciones increíblemente marginales para fabricarla; en casi cuatro décadas nunca trabajé para un resort que cerrara a mitad del invierno; hoy lo hago".

Heavenly está en una posición diferente. Es propiedad de Vail Resorts, una compañía de tres mil 100 millones de dólares que ha equipado a Heavenly con los equipos de nieve artificial más sofisticados y caros en Estados Unidos. El personal maneja más de 200 cañones de agua y aire, y cañones ventiladores Super PoleCat que diseminan montones de cristales para que un equipo de 20 transforme las laderas en pistas esquiables. Con más de 9 mil metros de tuberías y mangueras, el sistema puede cubrir 73 por ciento de las mil 942 hectáreas del complejo.

En condiciones ideales, pueden fabricar invierno a razón de 30 centímetros de nieve sobre 17 hectáreas en sólo 12 horas. A pesar de ello, el año pasado Vail reportó una caída de 28 por ciento en las visitas en sus estaciones de California, y advirtió a los inversionistas que sus resultados financieros serían peores de lo previsto.

Esos números reflejan lo que podría ser una contracción mayor de la industria del esquí de Tahoe. La contratación por temporada y a tiempo parcial ha descendido 27 por ciento en los últimos tres años, afirma Patrick Tierney, profesor de turismo en la Universidad de San Francisco.

mínimo de frío este año


En varios sentidos, este es un problema para la industria mundial del esquí. Entre las 19 ciudades que han sido sede de los Juegos Olímpicos de invierno la temperatura media en febrero se ha elevado a 7.7 grados centígrados, frente a los 0 en la década de 1920. Hoy, todo el mundo está fabricando nieve, y entre ellos, el sistema de Heavenly es conocido por ser uno de los más avanzados y costosos. Si ellos no pueden salvar su temporada, nadie puede.

La fabricación de nieve no ha cambiado con los años, cuando hace frío, galones de agua y aire a presión son forzados a través de una boquilla. Heavenly compra el agua al distrito de South Tahoe y a Kingsbury en Nevada. La producción de nieve artificial es "no consuntiva", es decir, no desvía ni agota el suministro total de agua en la forma en que lo hace la agricultura. "La nieve termina por derretirse y fluye de nuevo a la tierra", explica Doug Obegi, funcionario del programa hídrico del National Resources Defense Council.

Lo que ha mejorado es la nieve hecha por máquinas. Gracias a sistemas de innivación de cables de fibra óptica y cañones ventiladores de bajo consumo, los centros turísticos como Heavenly fabrican nieve apenas un poco más pesada que la nieve natural.

Pero aunque los equipos hayan mejorado, en el largo plazo la nueva tecnología no será suficiente. Si los inviernos continúan calentándose, las estaciones de esquí necesitarán más y más cañones y más horas.

Por ahora, los resorts más grandes seguirán luchando con el clima; con dinero, la nieve se puede fabricar en cualquier lugar. Los Juegos de Invierno de 2014 en Sochi fueron los más cálidos en la historia, pero con la ayuda de 2 millones de dólares en máquinas de nieve finlandesas, montones de cristales fueron creados bajo temperaturas de hasta 20 grados centígrados.

Incluso con los recursos tecnológicos y financieros, las estaciones de esquí tal vez no ganen la batalla. Porter Fox, autor de "Deep: The Story of Skiing and the Future of Snow", afirma:

La nieve artificial no es la respuesta, es una solución provisional para evitar que la industria del esquí colapse...

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