Enfoques

El ‘Amazon’ de los autos clásicos

En el sitio rkmotorscharlotte.com puedes adquirir autos clásicos americanos como si estuvieras comprando en Amazon.com. Más del 90 por ciento de los dos mil 200 vehículos que RK Motors ha vendido desde su debut en 2010 se han comprado en línea, y casi una cuarta parte ha terminado en el extranjero.

CAROLINA DEL NORTE.-"Tal vez te gustaría ver los autos," me dice Robert Kauffman, recibiéndome en la puerta de RK Motors. Claro que quiero verlos.

Desde el exterior uno no sospecharía lo que hay dentro, pero este hangar al norte de Charlotte, Carolina del Norte, esconde la cochera soñada por todo coleccionista, más de 300 clásicos americanos de todos colores.

Desde que se retiró hace dos años de la firma de capital privado Fortress Investment Group, que cofundó en 1997, Kauffman se ha dedicado a revolucionar el mercado de los automóviles antiguos. Sus compradores recorren el mundo en busca de los más raros Chevelle, Corvette, Mustang, Road Runner y otros bólidos, que él exhibe perfectamente estacionados en su bodega.

Pero, no es necesario ir a Charlotte para verlos, todos están expuestos, en fotos y en video, en el sitio rkmotorscharlotte.com, donde puedes adquirirlos como si estuvieras comprando en Amazon.com. Más del 90 por ciento de los dos mil 200 vehículos que RK Motors ha vendido desde su debut en 2010 se han comprado en línea, y casi una cuarta parte ha terminado en el extranjero.

Tan solo en 2013, RK Motors vendió 400 vehículos, por una suma de alrededor de 35 millones de dólares. La empresa es rentable, dice Kauffman. Sin embargo, ese no es su objetivo último. El otrora estratega de inversión está determinado a estandarizar un negocio que por mucho tiempo ha consistido en pequeñas tiendas dispersas y ventas únicas de coleccionista a coleccionista.

POTENCIA SOBRE RUEDAS

"Lo que distingue a RK es que todo es claro y sencillo, algo que no siempre ocurre," dice David Gooding, quien preside Gooding & Co. y dirige subastas de autos clásicos en Pebble Beach, California, y en Amelia Island, Florida.

La transparencia es la base del enfoque. "Si vas a nuestro sitio web, cada coche tiene un precio," explica Kauffman mientras recorre el inventario en la sala de exhibición. "No practicamos el 'para mayores informes, favor de consultarnos.'"

Cada precio incluye la historia del vehículo, las veces que se ha vendido y restaurado, y los curadores avalan las piezas consideradas originales.

Si están equivocados, algo que sucede un par de veces al año, RK Motors acepta la devolución del auto sin preguntas. Kauffman afirma que esa política genera confianza y fomenta que los clientes satisfechos repitan, los clientes que vuelven representan hoy alrededor de un tercio de todas las ventas.

MICHAEL WALTRIP

Kauffman no es ajeno a los garajes. Trabajó como mecánico en la preparatoria y la universidad -"arreglaba los mofles para ganar dinero y comprar cerveza," rememora- y desde 2007 es propietario del 50 por ciento de Michael Waltrip Racing, un equipo profesional que compite en Nascar y lleva el nombre del copropietario Michael Waltrip, quien cosechó victorias en la carrera Daytona 500 en los años 2001 y 2003.

Waltrip dice que fue la sagacidad empresarial de Kauffman la que salvó al equipo Nascar de un fracaso casi seguro. "Fue su conocimiento y experiencia lo que convirtió mi hobby en un negocio genuino," dice Waltrip.

Antes de dejar Fortress, Kauffman dirigió las operaciones europeas de la firma desde Londres, y comenzó RK Motors como una colección privada que tenía en Estados Unidos. Más tarde, reunió una plantilla de empleados y experimentó con la compra-venta.

RK MOTORS

Después de "cometer todos los errores de libro," cuenta, conoció a Joseph Carroll, un gurú de los autos clásicos que dirigía su propia sala de exposición en Ohio. En 2010, fusionaron los negocios y Kauffman colocó a Carroll al mando de RK Motors, con la libertad y la financiación para convertirla en la mejor tienda del sector.

Kauffman dice que siempre juega con nuevas ideas. El año pasado, organizó una subasta que fue transmitida en vivo por Internet desde Abu Dhabi, un eje para el coleccionismo que fue anfitrión de una carrera de Fórmula 1 ese mismo fin de semana. "Fue un experimento, pero creo que funcionó bastante bien," afirma. Tal vez intente otra subasta a finales de este año.

Kauffman conserva una importante colección personal, parte de la cual ocupa el fondo del almacén RK Motors, visible para los visitantes pero separada del inventario comercial.

Su gusto es ecléctico, tiene desde un camión de bomberos Ferrari F40 a un Chevrolet Impala Super Sport 1963 que Junior Johnson condujo a siete victorias en la carrera Nascar Grand National.

El factor común es que son vehículos raros, con grado de inversión, esos que son inmunes a los ciclos de auge y caída. Kauffman y yo nos sentamos en una belleza: un Corvette Stingray 1963 azul celeste con su característica ventana dividida, presente sólo en el modelo de ese año.

"Es mi auto favorito para Charlotte," dice, mientras conducimos en dirección norte por la interestatal. "Las personas se extrañan' ¿Manejas eso?' Yo los manejo todos. ¿Qué más vas a hacer con ellos?"

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