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Así es como Sharapova se convirtió en la atleta mejor pagada

Aunque la carrera de Maria Sharapova ha quedado opacada por Serena Williams, la rusa encabeza la lista de las atletas mejor pagadas, con 22 millones de dólares en patrocinios, el doble que la estadounidense. 

El buen humor de Maria Sharapova no parecía el de alguien que podría estar a punto de perder un torneo. Estábamos a mediados de marzo y ella acaba de hacer el viaje de dos horas desde su casa costera en Los Ángeles a la desértica ciudad de Indian Wells, California, el sitio donde se disputa el BNP Paribas Open. El torneo es propiedad de Larry Ellison, el séptimo hombre más rico del mundo. En los últimos cinco años, gracias a una modernización de 100 millones de dólares y a la ayuda de patrocinadores como Rolex y Emirates Airline, lo ha vuelto uno de los más prestigiosos campeonatos de tenis.

"Para mí venir aquí es un poco más personal", dice Sharapova sobre Indian Wells. "Tengo muchos amigos y familiares que vienen a verme."
Pocas personas en la historia del tenis han golpeado la pelota tan limpiamente como lo hace ella desde ambos lados de la cancha, con 28 años y una estatura de 1.88 mts, tiene el alcance y el físico para prosperar en las pistas duras y de césped. Y sin embargo, ha pasado su carrera a la sombra de Serena Williams, la tenista número uno en el mundo.


Williams, de 33 años, había boicoteado el torneo de Indian Wells desde 2001, tras haber sido abucheada durante la final. Pero ahora ha vuelto, y los organizadores del torneo, los medios de comunicación y los espectadores quieren hacer con ella las paces. Sharapova, una vez más, juega a la sombra de Williams. Como de costumbre, ella insiste en que no le molesta. "Quieres jugar contra las mejores, y ella es la mejor", dice Sharapova.

Al igual que Williams, quien creció jugando al tenis en Compton, California, Sharapova tuvo una infancia difícil. Sus padres huyeron a Nyagan en Siberia cuatro meses después de la explosión de Chernobyl, pues la radiación llegó hasta su ciudad natal de Gomel. Durante los siguientes años, Sharapova vivió en distintas partes de Rusia. Cuando tenía sólo 6 años de edad, Martina Navratilova la vio en una pista de tenis en la ciudad de Sochi y recomendó que la niña asistiera a la academia de Nick Bollettieri en Florida. "Lo único que recuerdo es empacar mis libros", dijo Sharapova en un documental de ESPN sobre su infancia. Su madre no pudo obtener una visa, por lo que Sharapova y su padre, Yuri, comenzaron su nueva vida solos.

A principios de la década del 2000, Sharapova era una sensación. Tenía la apariencia de su compatriota rusa y otrora fenómeno Anna Kournikova, y un mejor juego. También tenía una determinación que Kournikova nunca pudo reunir. Con sólo 17 años venció a Williams en la final de Wimbledon 2004. Y poco después ganó el título del Abierto de Estados Unidos. Desde entonces ha ganado el Abierto de Australia una vez y el Abierto de Francia en dos ocasiones, en total cinco victorias de Grand Slam.

Parecía casi seguro que Sharapova y Williams terminarían siendo archienemigas, alternándose en el podio al estilo de John McEnroe y Björn Borg o Chris Evert y Martina Navratilova. Pero Sharapova venció a Williams en su siguiente duelo y luego nunca más. Su récord de encuentros es 17-2 a favor de Williams, con Sharapova perdiendo los últimos 16.

Pero el segundo lugar también tiene su premio de consolación, especialmente si eres alta y rubia. Sharapova es la atleta femenina mejor pagada del mundo, según datos de Forbes, y ha encabezado la lista en la última década. Ganó 22 millones de dólares por concepto de patrocinios en 2014, incluyendo un contrato de ocho años y 70 millones de dólares con Nike, otro de cinco años con Evian, y acuerdos con Cole Haan, Tag Heuer y otras marcas. Williams, que también tiene un acuerdo con Nike y otro con Gatorade, gana la mitad, 11 millones de dólares cada año.

Aun cuando una tenista haya crecido en el barrio de Compton o en la sombra de una fusión nuclear, el deporte mantiene un aura de perlas y caballos de polo, y las marcas de lujo lo aman. La audiencia no es tan grande como la del fútbol o el baloncesto, pero es igual de global y mucho más acaudalada. En el BNP Paribas Open, casi el 90% de los asistentes son graduados de la universidad, y el 70% de ellos tienen ingresos superiores a los 100 mil dólares anuales. En el Abierto de Estados Unidos, el ingreso familiar promedio de los aficionados es de 156 mil dólares. "El tenis, como la equitación, el golf o la vela, está asociado por el público en general con el glamur, la riqueza y el savoir-faire", señala Luca Solca, analista de Exane BNP Paribas que se especializa en el sector del lujo.

Poco después de Indian Wells (donde fue eliminada en octavos por la italiana Flavia Pennetta) Sharapova viaja a Florida para el Miami Open, y la vemos en una fiesta patrocinada por Porsche. La ocasión es su segundo año como embajadora mundial de la marca, y llega en un Panamera negro, una especie de sedán deportivo.

Sharapova acaricia el vehículo ante los fotógrafos. Parece una modelo en una expo automotriz, pero Viktoria Wohlrapp, gerente de marketing de Porsche, dice que esa no es la razón por la cual la contrataron. Porsche es la marca de automóviles más rentable del mundo, pero el 85% de sus clientes son hombres. La compañía lleva años ideando cómo vender más coches a las mujeres, y la gerencia espera que al asociar a una notable deportista femenina con la marca pueda corregirse ese desequilibrio de género. Así que firmó con Sharapova un contrato por tres años.

¿En verdad puede Sharapova vender autos? "Es muy difícil de saber," admite Wohlrapp. "Pero para nosotros, es un tema de imagen. Era muy importante encontrar a alguien que coincidiera con la marca, y sentimos que Maria y Porsche combinan bien."

La profesora de Harvard Business School Anita Elberse, quien escribió un estudio de caso en el año 2010 sobre la construcción de la marca Sharapova, ha concluido que el apoyo de una celebridad puede aumentar las ganancias de una empresa hasta en un 4%. Con una marca como Nike, el efecto Sharapova es relativamente fácil de medir: La compañía vende una línea de ropa de tenis de nombre Sharapova (diseñada por ella), y la demanda de esos artículos es una indicación del valor que ella crea. Con los relojes y los autos, es más difícil medir el impacto. Pero Elberse dice que las marcas de lujo obtienen beneficios tangibles de los acuerdos de patrocinio: "Estas empresas no lo harían si no vieran algún valor."

En 2012, Sharapova fundó Sugarpova, una firma que fabrica dulces, gomitas y chicles en forma de labios y pelotas de tenis, y desde entonces se ha diversificado a la ropa y accesorios de moda. Desembolsó 500 mil dólares de su propio bolsillo para financiar la empresa, que vendió 30 mil bolsas de dulces a través de internet en sus primeros seis meses. "Me encanta (el tenis), pero no me veo en una cabina como comentarista," dice. "A excepción de cuando juega mi novio (el prometedor tenista búlgaro Grigor Dimitrov, con quien sale desde 2013) no recuerdo cuando vi un partido entero en la televisión."

Con todo, Sharapova no está lista para dejar la raqueta. Mantiene un intenso programa de entrenamiento entre temporadas y consigue llegar a las rondas finales en la mayoría de los torneos. Quizás perder tantas veces contra Williams destruya la confianza de cualquiera, pero no la de Sharapova, que sigue centrada en mejorar.

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