Financial Times

Tic-tac tic-tac… Brasil debe actuar rápido para arreglar sus finanzas ‘insostenibles’

El ministro de finanzas saliente señala que deben existir reformas fiscales para evitar la recesión y los disturbios.

El nuevo gobierno de Brasil tendrá una oportunidad limitada para promulgar reformas fiscales urgentes o enfrentarse de nuevo a la recesión y a los disturbios sociales, dijo Eduardo Guardia, el ministro de finanzas saliente, al Financial Times.

"La situación es insostenible", dijo Guardia en una entrevista en Londres. "Será un camino escabroso y corto, porque no tienen mucho tiempo".

Pero Guardia dijo que se siente "realmente optimista" sobre la posibilidad de que los cambios del sistema de pensiones de Brasil, afectado por un gran déficit, se promulgarían a tiempo para evitar un mal resultado después de que el presidente electo de extrema derecha Jair Bolsonaro y un nuevo congreso tomen posesión el 1 de enero.

"Hay riesgo en la ejecución, pero el rumbo es el correcto", dijo. "Tienen oportunidad de hacer las cosas bien".

Varios gobiernos sucesivos han intentado pero no han podido abordar el problema de las pensiones de Brasil, la causa principal de un déficit presupuestario equivalente a más del 7 por ciento del PIB.

El actual gobierno del presidente Michel Temer, en el cargo desde que la izquierdista Dilma Rousseff fue destituida en agosto de 2016, ha presentado dos propuestas de reforma ante el congreso.

Guardia dijo que la primera ahorraría alrededor de 800 mil millones de reales (215 mil millones de dólares, más del 10 por ciento del PIB) en el transcurso de 10 años. Una segunda versión diluida, ya aprobada por los comités legislativos, ahorraría 650 mil millones de reales durante ese período. Ambos requerirían mayorías de tres quintos en ambas cámaras del congreso para hacer los cambios requeridos a la constitución de Brasil.

"La primera versión es mejor, pero la segunda aún tendría un impacto significativo", dijo Guardia.

Los futuros ministros también han propuesto realizar cambios limitados que no requerirían enmiendas constitucionales y podrían promulgarse antes de que la administración Temer deje el cargo o, alternativamente, abandonar las propuestas de Temer para elaborar un nuevo plan. Guardia señaló que lo primero sería muy poco útil por sí solo, mientras que lo segundo implicaría el riesgo de que, "si volvemos a empezar, dentro de un año volveremos a donde estamos ahora".

El peligro de demorarse es que la caída de las inversiones y el aumento de los costos de los préstamos —debido a la pérdida de confianza de los inversionistas en el nuevo gobierno— harían que el país volviera a caer en una recesión. La producción apenas se ha recuperado de la recesión de 2015 a 2016.

"La última vez, la diferencia fue que la recesión comenzó a partir del pleno empleo", aseguró Guardia. "Actualmente, hay 12.5 millones de desempleados".

La incapacidad para realizar las reformas e impulsar el crecimiento también socavaría la promesa principal de la campaña de Bolsonaro, de abordar el aumento de los crímenes violentos que acompañó el colapso económico de Brasil.

A pesar de la polarización, Guardia dijo que los partidos políticos centristas de Brasil, a los que les fue especialmente mal en las urnas, deberían apoyar los planes de reforma del nuevo gobierno.

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