Financial Times

Salah, el goleador que reina más allá del futbol

El jugador de la Premier League no solo guió a Egipto al mundial de Rusia y al Liverpool a la final de la Champions League, sino que ha inspirado a jóvenes musulmanes en todo el mundo.

Crecí en una familia enamorada del futbol de Liverpool mucho antes de que cualquiera de nosotros hubiera pisado suelo británico, y mucho menos hubiera visitado la ciudad. Como mismo les sucede a muchos niños en el mundo en desarrollo, mis hermanos estaban fascinados con el futbol inglés, y ningún equipo los emocionaba tanto como el Liverpool.

La conexión entre el futbol y la integración social se materializa en el egipcio Mohamed Salah, de 25 años de edad, el impresionante delantero del Liverpool y el mejor jugador en el futbol inglés en la actualidad (según sus colegas y la prensa). Desde que firmó con el Liverpool el año pasado, "Mo" se ha convertido en un ícono para los jóvenes musulmanes en Gran Bretaña.

En algunas partes de Europa, donde han resurgido el populismo y la xenofobia, una barba, una mezquita o incluso un nombre puede inquietar a un joven musulmán. El "rey egipcio", como lo llaman los fanáticos, lleva su barba con orgullo, reza antes de los juegos y se arroja al suelo postrado ante Dios cuando anota. El islam de Salah no es diferente al de los demás. Pero a sus fanáticos les encanta y de repente es algo genial.

En su natal Egipto, cuya condición de potencia regional que ostentó durante tanto tiempo se ha desvanecido a medida que las divisiones políticas han separado su sociedad, el estrellato internacional de Salah es una fuente de orgullo y una causa rara para la unidad nacional. Es tan popular que algunos votantes escribieron su nombre en algunas de las más de un millón de papeletas anuladas en las elecciones presidenciales de marzo.

El hecho de que creció en un pueblo pobre en el delta del Nilo, y que ha contado en varias ocasiones cómo tenía que viajar más de cuatro horas para llegar a sus entrenamientos cinco días a la semana, es una inspiración para millones de jóvenes egipcios con grandes sueños.

El club suizo FC Basel contrató a Salah en Egipto, pero luego se pasó al Chelsea, el cual no supo apreciar su talento y lo cedió en préstamo a dos equipos italianos. Con el Liverpool, ya se ha convertido en el segundo máximo goleador del club en una sola temporada.

Por supuesto, Salah no es ni el primer ni el último jugador musulmán en todo el mundo occidental. En el futbol inglés ha habido decenas de atletas musulmanes, incluyendo a Sadio Mané y Emre Can, quienes juegan con Salah en el Liverpool. Antes de Salah, el mundo árabe se regocijó con Zinedine Zidane, el jugador francés de origen argelino quien ahora es el director técnico del Real Madrid (y uno de los ídolos de Salah). Además del futbol, hay celebridades musulmanas en todos los campos, desde la medicina hasta la moda y la arquitectura.

Salah es diferente porque motiva a los musulmanes jóvenes, especialmente en el mundo occidental, donde han sido objeto de sospechas en países con renacientes políticas populistas y nativistas. Su fama y su éxito dan una imagen diferente de la juventud musulmana en un momento en que el surgimiento del Estado Islámico, su difusión de una versión torcida del islam a los jóvenes musulmanes en Occidente, y los ataques terroristas en ciudades europeas han polarizado la opinión occidental sobre el islam.

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