Financial Times

¿Quién podrá ‘salvar’ a Trump... frente los empresarios de EU?

Tal vez la mayor sorpresa sobre Gary Cohn no es que decidiera renunciar esta semana, sino que haya durado tanto tiempo en la administración de Trump.

Cuando Donald Trump viajó al Foro Económico Mundial de Davos hace dos meses, los líderes empresariales mundiales con quienes se reunió allí parecieron aliviados por la reunión, aunque no totalmente tranquilizados.

Eso se debió en parte a que sus expectativas habían sido tan bajas. También se debió a que Trump habló sobre la desregulación y los recortes tributarios. Pero un tercer factor fue que el presidente estadounidense les enfatizó en reiteradas ocasiones a los presidentes ejecutivos reunidos que había llegado con un equipo.

De hecho, Trump llevó consigo a Davos a un grupo fidedigno, el cual incluyó a Gary Cohn, Dina Powell, Steven Mnuchin, Jared Kushner, Wilbur Ross, Elaine Chao, HR McMaster y Rex Tillerson. Como dijo un director ejecutivo europeo: "Los tuits de Trump parecen locos. Su equipo no".

Sin embargo, esta semana los directores ejecutivos de todo el mundo se sienten menos seguros. En cierto sentido, la noticia de que Cohn había renunciado como jefe del Consejo Económico Nacional -después de perder una batalla para evitar la introducción de aranceles comerciales- no debe sorprender a nadie.

Han habido otras renuncias en la Casa Blanca en las últimas semanas y Cohn había sido visiblemente infeliz durante algún tiempo. Sin embargo, su renuncia es importante. Porque Cohn jugaba un papel estructural sutil, pero muy importante, en el funcionamiento interno de la Casa Blanca.

Durante el caótico primer año de la administración Trump, han habido dos pilares de la Casa Blanca que han funcionado relativamente bien. Uno era el Consejo de Seguridad Nacional, dirigido por el General McMaster; el otro, el Consejo Económico Nacional, encabezado por Cohn, el cual ha impulsado la reforma tributaria (entre otras cosas). Pero Cohn ahora ya no está y quienes conocen sobre la Casa Blanca sospechan que el General McMaster también renunciará en el verano.

Entonces la pregunta clave es quién podrá reemplazar a estas dos personas y crear un sentido de estructura y ejecución de políticas, y también proyectar "normalidad" al mundo exterior.

Ni Ross ni Mnuchin tienen la autoridad para crear o ejecutar una política general. Mientras tanto, el papel de Kushner, el yerno del presidente, se debilitó cuando se revocó su autorización de seguridad. Powell ha dimitido. Tillerson es relativamente inútil en el departamento de Estado y, aunque Chao también ha sobrevivido como secretaria de Transporte, ha tenido poco que hacer, ya que el plan de infraestructura de Trump se ha estancado. Mientras tanto, John Kelly, jefe de gabinete, se ha visto debilitado por los escándalos recientes y se especula que también podría ser destituido.

¿Quién sabe lo que sucederá después? Lo único que está claro es que los inversionistas y los ejecutivos de negocios deben lidiar no sólo con la incertidumbre política, sino también con un proceso profundamente incierto para crear políticas en primer lugar. Éste es un patrón que se encuentra normalmente en los mercados emergentes.

Tal vez las cosas se calmarán cuando, o si, se encuentre un sustituto para Cohn. Pero algunos republicanos convencionales esperan que el caos se vuelva tan terrible que provoque una crisis total -como la caída de las bolsas de valores o una derrota en las elecciones de mitad de periodo- lo cual obligará a Trump a cambiar de táctica.

Pero no se le debe apostar a que esto suceda rápidamente. El mercado bursátil -y los índices de aprobación del Presidente- todavía parecen bastante estables, y Trump parece convencido de que la forma más fácil de ejercer el poder es desestabilizando a sus enemigos y a su propio equipo por igual. Tal vez la mayor sorpresa sobre Cohn no es que decidiera renunciar esta semana, sino que haya durado tanto tiempo. Todos los ojos están puestos ahora en el General McMaster, aunque no esté en el foco de atención esta semana.

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