Financial Times

El presidente de Perú, en la cuerda floja por Odebrecht

Esta semana se conocerá el destino de Pedro Pablo Kuczynski, cuando el congreso de Perú vote por su destitución luego de que admitiera que trabajó como asesor en un proyecto ligado a Odebrecht, compañía que ha provocado un escándalo de corrupción en América Latina.

El mandato de Pedro Pablo Kuczynski como presidente de Perú está en juego conforme el parlamento del país prepara una votación de destitución esta semana con respecto a su papel en un escándalo de corrupción que ha sacudido América Latina.

El congreso de Perú decidirá el jueves el destino del Kuczynski después de que los legisladores votaron 93 a 17 en favor de buscar su destitución. Sus oponentes necesitan 87 votos para destituirlo.

La votación al final de la semana pasada para iniciar los procedimientos de destitución fue provocada por la admisión de Kuczynski de que trabajó hace cinco años como asesor financiero en un proyecto de irrigación peruano dirigido por H2Olmos, una compañía propiedad del grupo de construcción brasileño Odebrecht, actualmente envuelto en el escándalo. El presidente había negado previamente cualquier vínculo con Odebrecht.

El escándalo de Odebrecht ha causado estragos en la política latinoamericana debido a que la compañía admitió que pagó sobornos a los políticos de toda la región para obtener contratos.

Aunque Kuczynski dijo que nunca trató directamente con la compañía brasileña, la oposición derechista de Perú aprovechó la admisión para insistir en que el exbanquero de Wall Street de 79 años debería renunciar.

"Es una desgracia nacional", dijo la legisladora de la oposición Lourdes Alcorta. "Nos está obligando a someterlo a juicio político".

En un desafiante discurso televisado la semana pasada, Kuczynski dijo que no renunciaría. "No voy a abdicar ni a mi honor ni a mis valores ni a mis responsabilidades como presidente de todos los peruanos", escribió posteriormente en un mensaje de Twitter.

Odebrecht ha admitido que pagó 4.8 millones de dólares a dos compañías propiedad de Kuczynski y un asociado comercial cercano. Sin embargo, en una carta abierta al periódico peruano La República el sábado, la compañía dijo que los pagos no eran parte de la enorme red de sobornos que ya admitió haber entregado a políticos de toda América Latina.

Si bien eso podría ayudar Kuczynski a obtener algo de apoyo, su partido sólo tiene 18 de los 130 escaños del parlamento. El partido de oposición Fuerza Popular de Keiko Fujimori es la fuerza dominante con 71 escaños y está recabando apoyo para el voto del jueves de otros partidos más pequeños.

Si Kuczynski fuera destituido, sería reemplazado por su primer vicepresidente Martín Vizcarra -un ex gobernador de una región rica minera en el sur de Perú- hasta el final del período presidencial en 2021.

Despojado de su inmunidad presidencial, Kuczynski también podría ser investigado más a fondo sobre sus vínculos con Odebrecht.

Es posible que el escándalo de Odebrecht haya tenido un mayor impacto en Perú que en cualquier otro país, excepto Brasil. La compañía participó en varios grandes proyectos de infraestructura en la nación andina y admitió haber pagado 29 millones de dólares en sobornos a funcionarios peruanos.

Los dos predecesores inmediatos de Kuczynski, Ollanta Humala y Alejandro Toledo, han quedado atrapados en el escándalo. Humala fue encarcelado en julio y está a la espera de juicio, mientras que Toledo se fugó a EU. Las autoridades peruanas están buscando su extradición.

Fujimori, hija del expresidente peruano Alberto Fujimori, también está bajo investigación como parte del escándalo. Todos los políticos niegan los cargos en su contra.

La comunidad empresarial peruana tenía grandes esperanzas depositadas en Kuczynski, un tecnócrata franco que llegó al poder en julio de 2016 y prometió combatir el amiguismo y la corrupción.

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