Financial Times

El día en el que los autos dejaron de ser un producto para convertirse en un servicio

Los automóviles lideran una gran transformación que es parte de una economía colaborativa (o economía compartida), y China está a la vanguardia de este proceso.

Según el calendario lunar, éste es el año del cerdo pero, claramente, la avaricia que simboliza no se extiende al deseo de comprar un coche nuevo en China.

En diciembre, las ventas de automóviles chinos bajaron 20 por ciento en comparación al año anterior, y durante 2018 fueron inferiores al año anterior por primera vez en aproximadamente dos décadas. El sueño estadounidense de ser dueño de un automóvil, que hace 20 años era la definición de todo lo bueno que representaba EU, parece estar muriendo en todo el Pacífico.

La mayoría de los analistas piensan que es un presagio de algo peor. "El inventario ha alcanzado su nivel más alto durante varios años consecutivos y los volúmenes se han deteriorado continuamente", dijeron los analistas de Goldman Sachs, que pronosticaron que las ventas de automóviles en China serán más bajas en 2021 que en 2017.

En 2017, el 70 por ciento del crecimiento en las ventas de automóviles en todo el mundo procedía de China. Eso significa que la caída de las ventas en China continental tiene implicaciones globales.

Cualquier pesimismo al respecto tiene una base sólida. La desaceleración en las ventas de automóviles es parte de una desaceleración general y más amplia en las ventas minoristas en China. Entre los factores que explican la caída está el sentimiento bajista del consumidor como consecuencia de la fricción con EU, las condiciones crediticias más estrictas, especialmente para los hogares, los precios más bajos de las acciones y de la propiedad, y el fin de las exenciones fiscales que impulsaron mucha demanda después de su introducción hace tres años.

Los automóviles lideran una transformación más grande que es parte de una economía colaborativa (o economía compartida); y la economía colaborativa es fundamentalmente deflacionaria. Los automóviles pasan de ser un producto manufacturado que las familias aspiran a comprar a ser un servicio. China está a la vanguardia de esta transformación.

La transformación está cobrando impulso. Por ejemplo, los servicios de transporte privado y de coches compartidos son factores claves que han provocado que menos personas deseen comprar automóviles en áreas urbanas, a pesar de que los ingresos son mucho más altos que en el campo, lo que significa que la asequibilidad es un problema menor.

Pero también hay cambios generacionales. Los jóvenes que se inclinan por gastar en lugar de ahorrar como lo hizo la generación de sus padres, expresan poco deseo de ser dueños de un auto, entre otras cosas, porque no pueden enviar mensajes de texto mientras conducen.

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