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Venta de activos permitirá a AB InBev mantener valioso mercado de México


 
Reuters
 
Anheuser-Busch InBev podría salvar su plan de tomar el control total de Grupo Modelo si mantiene los ojos puestos en el lucrativo mercado en México y deja que otros manejen la marca Corona que se destina a Estados Unidos.
 
AB InBev adquirió la mitad de la cervecera mexicana con su absorción en 2008 de Anheuser-Busch. Si asume el control total de Modelo se asegura una mayor participación dentro de un mercado en crecimiento mientras que los desarrollados se contraen, una marca global con Corona y la posibilidad de rebajar costos.
 
Pero luego de la ofensiva del Departamento de Justicia estadounidense contra el acuerdo -valorado en 20,100 millones de dólares- la mayor cervecera del mundo tiene 3 opciones: una larga batalla legal, seguir con la mitad de Modelo, o hacer concesiones para mantener vivo el acuerdo.
 
Pese a amenazas de que la venta de los activos provocaría un colapso en las negociaciones, en opinión de analistas la tercera opción parece ser la mejor.
 
Expertos estiman que la dilución de la ganancia por acción sería de entre un 2% a 5% con un acuerdo de renegociación, mientras que la pérdida sería de 10% si la adquisición colapsa.
 
Y el Departamento de Justicia estadounidense tiene un buen caso, según abogados.
 
Corona llega a Estados Unidos por medio de Crown Imports, empresa que Modelo y Constellation Brands poseen a partes iguales.
 
Estados Unidos afirma que Crown Imports se ha resistido a menudo a alzas en los precios del sector.
 
Bajo el acuerdo de AB InBev, Constellation compraría a Crown, pero AB InBev seguiría siendo su proveedor y tendría la posibilidad de recomprar la totalidad de Crown cada 10 años.
 
Si AB InBev no quiere arriesgarse con una decisión judicial, tendría que aceptar que el Departamento de Justicia sólo autorice la compra con la renuncia de la cervecera a esa opción y a su contacto mexicano con el mercado estadounidense, donde el fabricante de Budweiser ya ocupa el primer lugar.
 
La presentación de AB InBev sobre el acuerdo por Modelo deja claro que el premio mayor es México, el cuarto mayor mercado mundial en términos de ganancia generada.
 
Grupo Modelo tiene una participación de 59% en México, un mercado que crece a la respetable tasa de 2.4% anual. Corona, su marca principal, vende el doble del volumen que la que la sigue y se exporta a más de 180 países.
 
Aun sin contar con Estados Unidos, su principal mercado de exportación, AB InBev podría conservar a Corona como una marca global en expansión.
 
Modelo tiene 8 plantas en México que producen más de 70 millones de hectolitros al año. La venta de 1 o 2 de esas fábricas podría ser la clave para darle tranquilidad a Estados Unidos.
 
La planta de Piedras Negras, ubicada en la frontera con Estados Unidos, parece ser la candidata más obvia. Si se la amplía, por si sola podría satisfacer la demanda de los estadounidenses por Corona y por otras marcas de Modelo.
 
Pero Credit Suisse afirma que Piedras Negras es clave para liberar el potencial de sinergias del negocio. La correduría dijo que la venta de otras 2 plantas -ubicadas más hacia el interior de México- tendría un impacto escaso en los ahorros de costos por 600 millones de dólares al año que AB InBev busca.
 
Trevor Stirling, analista de bebidas de Bernstein Securities, dijo que a AB InBev le podría costar más de 1,000 millones de dólares con la pérdida de las sinergias de la producción y por la venta forzada de activos cerveceros.
 
"Pero consideren que en los 2 días luego del acuerdo de Modelo, el precio de las acciones de AB InBev se disparó 10%. Entonces, el mercado consideró que el acuerdo sumaba cerca de 15,000 millones de dólares en valor", dijo.
 
"Se trata más de México que de sinergias de producción para Estados Unidos", agregó.
 
Constellation sería el comprador obvio para los activos, que están valorados en más de 3,000 millones de dólares. Eso podría ser una exageración, pero es posible que su necesidad de tener ese acuerdo sea aun mayor que la de AB InBev.
 
Heineken, presente en México por medio de la marca FEMSA Cerveza, y Modelo por si mismo podrían ser otros objetivos de compra.
 
A futuro, Corona podría asemejarse a Fosters, una cerveza australiana que Heineken y SABMiller venden en regiones distintas.
 
Otra opción sería deshacerse de algunas de sus marcas en Estados Unidos -como la gama Michelob o Rolling Rock- para que su cuota en ese mercado sea inferior a 50%.
 
Si AB InBev efectivamente renuncia al acuerdo, podría elegir recompensar a los accionistas con dividendos más altos o prepararse para una mayor cacería: una mega fusión con SABMiller, cuya alianza con Molson Coors posee 30% del mercado estadounidense.
 
Esa última opción la dejaría lista para un nuevo enfrentamiento con los reguladores antimonopolio de Estados Unidos.

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