La Sociedad Hipotecaria Federal en su papel de acreedor, fue notificado que Urbi aún barajea sus opciones, y además de considerar la solicitud de concurso mercantil, podría optar sólo por una reestructura financiera.
"Nos solicitaron que estuviéramos al pendiente en una potencial reestructura o concurso mercantil y como somos los menos, digamos en término de montos, estamos esperando qué paso da Urbi en ese sentido", dijo Jesús Alberto Cano Vélez, director general del organismo.
La SHF formaría parte de la masa concursal para recuperar un saldo pendiente que tienen con la constructora de 100 millones de pesos, derivado del programa de Renta con Opción a Compra (ROC).
Parte de la exposición que Urbi tenía con el organismo ya fue saldado, a través de una dación en pago de 298 viviendas, las cuales representaban un valor por 400 millones de pesos.
Con respecto al caso de Geo, insistió que aún la compañía o sus representantes legales, han acudido a SHF para solicitar créditos sindicados.
En entrevista posterior a su intervención en la presentación del libro "La industria de la vivienda en México, potencial por explotar" impulsado por la Asociación Hipotecaria Mexicana, Cano Vélez afirmó que estarían en espera de que el juez autorice o no este pool de créditos para la constructora, con el fin de reiniciar sus operaciones.
Resaltó que esto estará determinado por la decisión que tomen los bancos comerciales, que son parte de la reestructura, y con base a lo que ellos definan, pudiera SHF acompañarlos.
"Vamos a ver que sucede que determina la autoridad judicial, que determinan los bancos que esta preacordados en su reestructura, y con base en eso veríamos si apoyaríamos", señaló Cano.
En su intervención, el funcionario indicó que la falta de regulación de los gobiernos en Estados Unidos y Europa, así como en México, hicieron laxas las políticas de financiamiento, y esto a su vez generó la crisis hipotecaria de 2009.
En México, dijo que la originación del crédito que hicieron las Sofomes, la falta de avalúos y el calce de sus balances, generó una serie de problemas.
Consideró que había un conflicto de intereses entre las desarrolladoras, porque tenían sus propias unidades de evaluación y sus propias Sofomes, por lo que tenía que tronar en algún momento por la falta de regulación.