Trump también tiene a empresas de EU en vilo

Empresas estadounidenses como Constellation Brands -importadora de la cerveza Corona en EU-, Ford Motor y la constructora D.R, Horton, caracterizadas por tener fuertes lazos con México, se están preparando para las consecuencias de la victoria de Donald Trump, próximo presidente de Estados Unidos.

En su campaña, Trump prometió construir un muro a lo largo de la frontera sur del país, deportar a millones de inmigrantes hispanos, desmantelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e iniciar una guerra comercial con México.

Estos no son buenos augurios para compañías como Kansas City Southern y Union Pacific, cuyos ferrocarriles transportan productos entre México y Canadá a través de la denominada carretera NAFTA.

México envía casi un 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos.

"Si se frena el comercio, esto es sin duda un punto negativo para Kansas City Southern", dijo Keith Schoonmaker, analista de Morningstar antes de conocerse los resultados de las elecciones.

"Es bastante incierto cómo será la renegociación del TLCAN a largo plazo, pero simplemente el sentimiento de que ha ganado 'un candidato que piensa que el TLCAN es mala idea', sin duda no será positivo".

Kansas City Southern genera cerca del 48 por ciento de sus ingresos en México. Union Pacific también resultaría perjudicada porque cerca del 10 por ciento de sus ventas proceden del transporte de artículos hacia y desde México, según Schoonmaker.

Constellation se encuentra entre las empresas más vulnerables a la nueva administración de Trump, ya que obtiene un 70 por ciento de sus ganancias de la importación de cerveza Corona y Modelo a Estados Unidos.

Sus actividades podrían encarecerse si Trump impone aranceles o altera los acuerdos comerciales con México, según Susquehanna Financial Group.

Lo que es peor, cualquier intento de deportar a los millones de inmigrantes indocumentados alteraría la vida de muchos clientes de Constellation en Estados Unidos, según Susquehanna.

"Una presidencia de Trump tendría un efecto significativo y negativo" para Constellation, dijo Pablo Zuanic, analista de Susquehanna en un comentario antes de las elecciones. La importadora podría perder "una buena parte" de su base de clientes.

Hace menos de dos semanas, Constellation anunció la compra de una cervecera en México por 600 millones de dólares. El lunes, cuando aún parecía más probable una victoria de Hillary Clinton, la acción de la empresa registró el mayor crecimiento desde abril.

Cuando Trump dio inicio a su campaña en 2015 se refirió a los mexicanos que cruzaban la frontera con los Estados Unidos como traficantes de drogas y violadores.

Empresas como Macy's y NBCUniversal reaccionaron cortando sus relaciones con el magnate del sector inmobiliario por miedo a ofender a la comunidad latina de Estados Unidos.

Para estas empresas la elección era fácil ya que los latinos son un grupo creciente y de movilidad ascendente, por lo que las marcas se están centrando en ellos.

Trump también ha amenazado con aplicar aranceles del 35 por ciento a los automóviles de Ford fabricados en México que se envían a los Estados Unidos.

La automotriz anunció en septiembre que estaba trasladando su producción de vehículos pequeños de una fábrica en Michigan a México, una medida que Trump atacó en el primer debate.

El sector automotor da como un supuesto que cualquier arancel impuesto a Ford se aplicará a todos los fabricantes de automóviles.

Si bien unos aranceles permanentes requieren de la aprobación del Congreso, un presidente puede imponer tasas unilateralmente para proteger las industrias nacionales de un comportamiento desleal de otro país, según Donald Grimes, economista del Instituto para la Investigación sobre el Trabajo, el Empleo y la Economía de la Universidad de Michigan.

El expresidente George W. Bush tomó unas medidas similares respecto de la importación de acero.

"Trump podría imponer un arancel importante a los vehículos y a los componentes que llegan de México", dijo Grimes antes de las elecciones.

"Esto podría afectar claramente la rentabilidad del sector automovilístico a corto plazo. Las empresas podrían responder a estas tarifas trasladando la ubicación de las fábricas que exportan a Estados Unidos a otros países, como Vietnam o China. Estas fábricas no volverían a Estados Unidos. Sencillamente hay demasiados países con mano de obra barata en todo el mundo".

Por otra parte, los millones de inmigrantes ilegales que Trump ha prometido deportar representan gran parte de la mano de obra de algunos sectores de la economía estadounidense, como la construcción y la agricultura.

Las promotoras de viviendas como D.R. Horton y PulteGroup ya se enfrentan a un déficit de mano de obra que está encareciendo los costes y desacelerando la construcción.

Según estimaciones conservadoras, la proporción de empleos en el sector de la construcción ocupados por trabajadores sin papeles es del 14 por ciento.

"Unas deportaciones masivas se traducirían en una desaceleración de la construcción de viviendas en un sector que ya sufre un déficit de oferta de vivienda", dijo a principios de este año Mark Boud, economista jefe de la firma de investigación Hanley Wood en Washington.

Para el sector de la construcción, dijo, "sería devastador".