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Wesley Batista, exjefe del gigante envasador de carne brasileño JBS, puede abandonar la cárcel tras conseguir su primera victoria en los tribunales desde que comenzó una investigación sobre presunta información privilegiada el año pasado.
El Tribunal Superior de Justicia de Brasilia decidió el martes, por tres votos a favor y dos en contra, permitir que Batista, de 47 años de edad, salga libre después de casi seis meses entre rejas. Se le exigirá que permanezca en el país y no puede desempeñar ningún papel en las empresas de su familia, incluida JBS.
El tribunal también ordenó la liberación de Joesley Batista, su hermano y expresidente de JBS, en relación con acusaciones de tráfico de información privilegiada, pero éste permanecerá en la cárcel según otra orden distinta por supuesto ocultamiento de información durante negociaciones previas en un acuerdo de culpabilidad.
La decisión del tribunal se produce la misma semana en que se ha conocido que JBS acordó cerrar su mesa de cambio de divisas y reforzar la supervisión de la junta sobre las operaciones de cobertura.
Las operaciones de divisas en momentos oportunos ayudaron a impulsar las ganancias de JBS en los últimos años.
En 2017, algunas de esas operaciones acapararon la atención de los fiscales, quienes dijeron que JBS se benefició de una apuesta de 2 mil 800 millones de dólares contra el real brasileño en las semanas previas a un acuerdo de declaración de culpabilidad que involucraba a ejecutivos de la compañía.
Las últimas medidas tomadas por JBS evitarán que Wesley Batista ordene directamente operaciones con derivados cambiarios, dijo Pierpaolo Bottini, abogado que representa a los hermanos Batista, antes de que el tribunal en Brasilia votara una medida cautelar que pedía la liberación de Joesley y Wesley a la espera del resultado de la investigación de información privilegiada.
Los hermanos niegan haber actuado indebidamente.
"Nueve meses después del acto y seis meses después del encarcelamiento, el riesgo de reincidencia se ha debilitado, no lo suficiente como para desaparecer, pero lo suficiente como para justificar otras medidas que deberían bastar para proteger el caso y la sociedad", explicó el juez Rogerio Schietti, responsable del caso en el tribunal.