Empresas

Retrasa coordinación con GDF último tramo de Tren México-Toluca

La licitación último tramo del Tren Interurbano México-Toluca, se ha retrasado debido a que aunque los recursos para la construcción son federales, la obra queda dentro de la Ciudad de México.

CIUDAD DE MÉXICO.- La licitación del último tramo, de aproximadamente 18 kilómetros, del Tren Interurbano México-Toluca, se ha retrasado debido a que aún se encuentra en estudio por parte del gobierno del Distrito Federal.

De acuerdo con el coordinador del Comité de Infraestructura del Transporte del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), Jorge de la Madrid Virgen, ese tramo se ha demorado debido a que aunque los recursos para la construcción son federales, la obra queda dentro de la Ciudad de México.

Por ello es necesaria la coordinación entre ambos gobiernos y establecer convenios al respecto, mencionó.

Y es que el pasado 18 de marzo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) publicó la licitación del primer tramo del Tren México-Toluca, que corresponde al tramo ferroviario Zinacantepec–Túnel de 36.150 kilómetros de longitud, con inicio en el kilómetro 0+000 y terminación en el kilómetro 36+150.

Posteriormente, para el tramo dos, que es para la construcción del tramo ferroviario portal poniente del túnel al portal oriente del túnel, de 4.634 kilómetros de longitud, la obra iniciará a la altura de la entrada del túnel de la autopista.

Es decir en los límites del municipio de Ocoyoacac, estado de México, y concluirá en los túneles de acceso al Distrito Federal (Santa Fe), al principio de la delegación Cuajimalpa.

Posteriormente, saldrá por la avenida Vasco de Quiroga, para llegar a la estación Observatorio y una vez que llegue a ésta se conectará a la Línea 1 del Metro que corre hasta la terminal Pantitlán.

El tren interurbano contará con un total de seis estaciones, realizará un recorrido de 57.7 kilómetros en 39 minutos y reducirá el traslado de Toluca a México en 90 minutos. Contará con 15 trenes de 10 vagones cada uno con capacidad de mil 400 pasajeros cada uno.

Este lunes, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, informó que esta semana solicitará una reunión con el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, para hablar sobre el tren de pasajeros que conectará a la capital del país con Toluca.

El mandatario local destacó la importancia de este encuentro como marco para la preparación de las licitaciones y trabajos necesarios para iniciar el proyecto y "empatar los tiempos" con la entidad mexiquense, así como abordar el tema del aeropuerto capitalino.

En tanto, De la Madrid Virgen opinó que la obra México-Toluca, al igual que la de Guadalajara y Monterrey, son las más viables para que se lleven a cabo de acuerdo con los proyectos ejecutivos, mientras que el tren México-Querétaro registra retrasos en su licitación.

"Este se ha diferido, porque de acuerdo con los estudios de la SCT es una distancia importante, por eso la Secretaría ha detenido un poco ese proyecto hasta revisar con mucho detalle, por ejemplo, si es posible utilizar parte de las vías existentes. Mi impresión es que no van a salir en este año los concursos para las obras", dijo.

Y es que de acuerdo con el análisis del costo beneficio de la obra, este proyecto tendría un inversión de 43 mil 579 millones de pesos, financiado al ciento por ciento con recursos federales, entraría en operación en 2018 y tendría una velocidad promedio de 200 kilómetros por hora, lo que implicaría que el tiempo de recorrido sería de una hora.

Contaría con dos terminales: Buenavista y Querétaro, Bernardo Quintana, con una tarifa de 300 pesos, la cual aumentaría según la demanda, además se incluye el uso compartido de una vía doble hasta Huehuetoca, con el Tren Suburbano.

El resto del trazado será una nueva vía doble donde en algunos tramos irá paralelos a las vías actuales de carga, aprovechando de esta manera el derecho de vía actual.

Para el proyecto de la naturaleza del Tren de Alta Velocidad México–Querétaro, los principales riesgos que se identifican son el retraso en la construcción de las obras, lo cual implicaría un sobrecosto de inversión.

Así como un incremento en los precios de los insumos, que impacte en un aumento de los costos estimados, y la disminución en la demanda estimada, lo cual afectaría la rentabilidad del tren.

También lee: