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¿Podría una ruptura en Disney tener un final feliz?

Disney enfrenta la renuncia del heredero de Bob Iger y la caída de sus acciones, por lo que especialistas han propuesto que su dirigencia no quede en una sola cabeza y pueda ser capaz de lidiar con bajos resultados pero continuar con sus compras distintivas.

Si el Reino Mágico quiere encontrar a su próximo gobernante, podría ayudar que no trate de abarcar tanto.

Estamos hablando de Walt Disney Co., la compañía de medios de entretenimiento de 173 mil millones de dólares liderada por Bob Iger, de 65 años, cuyo contrato finaliza en 2018.

Iger ha visto el precio de las acciones aumentar a más del cuádruple durante la década en que se desempeñó como máximo responsable y los inversionistas se habían conformado al saber que el plan de sucesión probablemente sería fluido: el director de operaciones, Thomas Staggs, un ejecutivo veterano de Disney, había estado preparándose para tomar el trono.

Sin embargo, el mes pasado salió la noticia de que el heredero renunciaba, lo que dejó a los accionistas aprensivos preguntándose: ¿y ahora qué?


Como si llenar los zapatos de Iger no fuera ya lo suficientemente difícil, los decepcionantes resultados de las cadenas ESPN y ABC, conocidos el martes, ciertamente no ayudaron (las acciones cayeron cerca del 5 por ciento en operaciones posteriores al cierre).

Disney necesita a alguien que pueda continuar con fluidez el legado de Iger y hacer sus magníficas adquisiciones de estudio, mientras que también sea capaz de lidiar con las operaciones de los canales de televisión que se están debilitando. Lo cual hace que surja la pregunta: ¿Debería este negocio estar parado debajo de un solo techo?

Lo que los últimos 12 meses han evidenciado es que los dos lados de Disney están tomando rumbos distintos en cuestión de rendimiento y necesidades.

El lado del estudio está conquistándolo todo, gracias a la trifecta de negocios inteligentes de Iger para Pixar, Marvel y Lucasfilm. Star Wars: El Despertar de la Fuerza, que se estrenó en diciembre, es el filme con la mayor recaudación en taquilla de todos los tiempos en Estados Unidos, con más de 936 millones de dólares. Nuevas películas incluyendo "Capitán América: Civil War", "Zootopia" y "El Libro de la Selva" también han tenido buenos resultados.

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Sin embargo, los canales de televisión son los que generan la mayoría de los ingresos y las ganancias de Disney. Y bueno, las ganancias no alcanzaron las expectativas de este trimestre por primera vez en años.
Aunque ESPN es increíblemente valiosa, está perdiendo suscriptores. Mientras tanto, la unidad de teledifusión (principalmente ABC) sufrió una baja de 8 por ciento en los ingresos de operación, junto con lo que Nielsen estima será una caída del 15 por ciento en la calificación de este año de ABC para los espectadores de entre 18 y 49 años.

La adquisición que hizo Disney de Capital Cities, hace 20 años, la antigua matriz de ABC y ESPN, ha sido una de las estrategias más inteligentes que haya hecho (bajo el liderazgo del entonces responsable ejecutivo Michael Eisner). Pero ahora esta división se ha convertido en una carga para la empresa y tal vez sea momento de liberar esa fusión.

Los inversionistas generalmente alaban a las compañías que simplifican sus estructuras al separar o vender las operaciones que no tienen sinergia con el resto de la compañía. Puede que haya cierta sinergia entre las cadenas de televisión y el resto del contenido de Disney, pero no lo suficiente.

Sería mucho más sencillo encontrar a un nuevo director con las habilidades correctas para colocarse del lado del estudio de entretenimiento, los parques temáticos y los productos de consumo, sin la carga añadida de navegar por un panorama de televisión de paga y con desafíos cada vez mayores. (Eso a menos de que, por supuesto, te encuentres del lado de la cancha que considera que Disney debería repartir 70 mil millones más para adquirir Netflix y poner a Reed Hastings a cargo de un gigante aún más gigantesco).

Si no fuera por la repentina salida de Stagg, probablemente estaríamos hablando en este momento sobre cuál será la próxima gran compra de Iger.

Pero a la incertidumbre de la sucesión se suman los decepcionantes resultados de ESPN y ABC. Ahora, los siguientes pasos de Disney probablemente necesiten ser algo más que tan solo un remplazo del máximo responsable, tal vez requiera una revisión estratégica completa.

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