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Los Twinkies triunfan en la época de la comida sana

La nostalgia que provocó su desaparición por unos meses es uno de los motivos del éxito de los pastelitos propiedad de Hostess Brands. 

La alimentación sana se transformó en una obsesión. Están cayendo las ventas de refrescos, la gente está comiendo sin sal y el menú de McDonald's incluye col rizada.

Con todo, el Twinkie, ese ícono de la indulgencia, está arrasando. Para muchos millennials estadounidenses que por lo demás comen sano, los Twinkies se transformaron en una nostalgia alimenticia.

Nueve meses de desaparición forzosa de las góndolas aumentaron el apetito por el pastelito dorado relleno de crema esponjosa, y tras dos bancarrotas, la adquisición de la división de pastelitos de Hostess Brands por un par de empresas de capital privado en 2013 puso a la compañía en la senda de regreso a la solvencia.

"A pesar de todos los desafíos que nos plantean los millennials, ellos también tienen la creencia de que sólo se vive una vez y que hay que pasarla bien", dijo en una entrevista Bill Toler, máximo responsable de Hostess, con sede en Kansas City, Missouri. "Creen en una licencia para darse un gusto".

En las encuestas de opinión, los estadounidenses ubican el acto de comer a escondidas bien arriba, a la altura de comer sano.

Si bien el año pasado el 75 por ciento dijo a NPR que comía alimentos sanos, otro informe del Boston Consulting Group e IRI reveló que la indulgencia era una de las principales tendencias alimenticias junto a la nutrición. Hostess quedó segunda entre las empresas medianas líderes en crecimiento, por detrás del fabricante de yogur griego Chobani.

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SENTIMENTALISMO

Uno de los grandes beneficiados fue el Twinkie, la niña bonita de Hostess.

Cada unidad contiene 130 calorías y 14.5 gramos de azúcar, en comparación con 140 calorías y 39 gramos de azúcar de una Coca-Cola.

Apollo Global Management  y C. Dean Metropoulos & Co. compraron Hostess por 410 millones de dólares y se subieron a la ola de amor por el Twinkie en el momento justo.

La falta de Twinkies y otros productos de Hostess como los Ho Hos y los Ding Dongs en 2012 y 2013 desató una ola de sentimentalismo y volvió un poco locos a los fans.

La nueva popularidad de los Twinkies tuvo su costo.

La bancarrota de Hostess les permitió recomenzar a los compradores de capital privado con una fracción de una plantilla que llegó a tener cerca de 8 mil empleados en varias pastelerías por todo Estados Unidos.

La empresa reconstituida cuenta con mil 350 empleados y tres instalaciones de pastelería.

Antes se hacían Twinkies en varias pastelerías de todo el país. Ahora, una línea de producción automatizada con 10 empleados en Emporia, Kansas, puede producir el 95 por ciento de los pastelitos icónicos. Apollo no quiso hacer comentarios.

Apollo y Metropoulos llevaron a Hostess a la bolsa en noviembre, y en lo que va de 2017 sus acciones saltaron 23 por ciento.

Las ventas se dispararon 13 por ciento el año pasado. La empresa se hizo con el 12 por ciento del mercado de pasteles empaquetados y redujo las ventas de la líder de la industria, McKee Corp, fabricante de los productos Little Debbie, según datos de Euromonitor.

Recientemente, Dean Metropoulos, fundador de la empresa de inversión, dijo que Hostess estaba "totalmente comprometida a participar, como otras empresas, de las tendencias del bienestar".

Promesa que vino con una advertencia.

"Pero no entendemos eso como privar a los estadounidenses de tomarse un buen helado y comerse un buen Twinkie", dijo.

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