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Las 4 razones por las que sí debe ‘despegar’ el NAIM

La institución especializada en ingeniería y tráfico aéreo MITRE analizó siete ubicaciones para edificar esta obra y concluyó que la mejor opción es donde ahora se construye.

La decisión del CCE de cancelar la mesa de diálogo con el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) generó una ola de opiniones de expertos que defienden el proyecto que se construye en Texcoco, al considerar que agilizará las operaciones de aerolíneas y beneficiará a los pasajeros.

El Financiero entrevistó a diferentes expertos del sector aeroportuario, quienes identificaron las razones financieras y técnicas por las cuales el Nuevo Aeropuerto Internacional de México sí debe 'despegar'.

Saturación del AICM

Para los expertos, la seguridad de las operaciones del AICM está comprometida ante el aumento anual promedio de 10.2 por ciento en el tráfico de pasajeros registrada en los últimos cinco años.

De mantenerse esa tendencia de crecimiento, provocaría una sobresaturación a la ya de por sí apretada agenda de vuelos, estimó Rodrigo Pérez-Alonso González, director general de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero).

La perspectiva es que en una primera etapa el NAIM atienda a entre 68 y 78 millones de pasajeros anuales y hasta 120 millones en su momento más alto. Por tanto, la Canaero espera que brinde condiciones óptimas para enfrentar la creciente demanda de tráfico aéreo.

Actualmente, el AICM mueve a 40 millones de viajeros, cuando se diseñó para atender un máximo de 30 millones. Eric Mayett, presidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México, explicó que el AICM registró un máximo de 449 mil 664 operaciones de llegadas y salidas de vuelos acumuladas en 2017, que ya implican una saturación.

"En el actual aeropuerto ya no hay espacios para aparcar más aviones o de mayor capacidad", mencionó.

Ventajas técnicas del NAIM

MITRE, la institución sin fines de lucro más importante en investigación y desarrollo en ingeniería de sistemas de control de tráfico aéreo de Estados Unidos, analizó siete opciones dónde podría ubicarse el nuevo aeropuerto.

Una ampliación del actual AICM; el uso del área de rellenos sanitarios cercanos al actual aeropuerto; un área en Texcoco cercana a terrenos de Atenco; construirlo en Hidalgo; edificar un aeropuerto que operara sólo en Santa Lucía; esta misma ubicación -propuesta por el partido Morena- que operaría simultáneamente con el AICM; y el sitio donde actualmente se construye.

Bernardo Lisker, director internacional de Aviación e Ingeniero Principal Senior de MITRE, explicó que, aunque no todas las propuestas fueron inviables, se concluyó que la mejor opción era donde actualmente se desarrolla la obra.

"La de Texcoco, que es la que se está construyendo, claro que tiene problemas, claro que la tierra no es la mejor, sí tiene sus problemas, pero es viable y es un lugar en el que podrían alcanzar hasta más de un millón de operaciones anuales", dijo Lisker en entrevista.

Fernando Bosque Mohino, director general de Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), aseveró que la extensión y la superficie del proyecto en Texcoco no se tienen en otro lugar, pues es un terreno plano, sin restricciones y libre de obstáculos, donde pueden construirse hasta cinco pistas.

"Una de las ventajas de que el inmueble se encuentre en Texcoco es que es un punto cercano para los núcleos de población en la Ciudad de México y los más de 25 millones de habitantes que rodean el terreno", agregó.

Avance del nuevo proyecto

La Canaero asegura que la cancelación del NAIM colapsaría operativa y económicamente la obra, pues se tiene un avance de 35 por ciento en su construcción y 75 por ciento de los contratos ya fueron asignados.

Gerardo Ruíz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), estimó que cancelar la obra en marcha provocaría un atraso de hasta seis años para planear otro complejo.

Obra autofinanciable

La obra no se construye con dinero público, sino que es autofinanciable debido a que se pagará a través de lo que se recaude por la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) del actual aeropuerto capitalino, por lo que no implica deuda pública.

Según Hacienda, se invertirán 186 mil 123 millones de pesos para la construcción del inmueble.

"La construcción del NAIM no es una carga fiscal, pero su suspensión sí lo sería porque los mexicanos pagarán lo que se ha contratado y enfrentarán la falta de crecimiento porque no se realizó el aeropuerto", afirmó el directivo de GAP.

Bernardo Lisker explicó que MITRE concluyó que una operación simultánea del actual AICM y Santa Lucía es inviable, porque no resuelve la saturación en la capacidad de operaciones aeroportuarias.

Esto debido a que los aviones en trayectoria a Santa Lucía y los dirigidos hacia el AICM para aterrizar pasan por un punto común llamado San Mateo, donde las condiciones del viento son favorables cuando navegan bajo la dirección más frecuente del viento."Al ser el mismo sitio se crea un conflicto que obliga a separar los aviones para evitar problemas de seguridad. Sin embargo, dicha separación causa una baja importante en la capacidad operacional global", aseveró.

Sede en Santa Lucía, inviable

Para los expertos, el proyecto alternativo de Andrés Manuel López Obrador, de habilitar la Base Aérea No. 1 de Santa Lucía para que opere simultáneamente con el AICM, es inviable porque no solucionaría la demanda de pasaje a largo plazo.

"Es sólo una alternativa a corto plazo, pero a largo plazo los slots (horarios de salidas y llegadas) serían los mismos. El crecimiento del sector se vería limitado y esto comenzaría a verse, por ejemplo, hasta 2022", dijo Alejandra Marcos, analista de Intercam.

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