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GICSA toma 'segundo aire' con nuevo boom inmobiliario

GICSA, una de las mayores desarrolladoras inmobiliarias en México, se vio afectada durante la crisis de 2008; sin embargo, ante el boom inmobiliario que vive el país y por los nuevos instrumentos de inversión, la firma buscará debutar en el mercado accionario este año.

La crisis de 2008 obligó a que una de las mayores desarrolladoras inmobiliarias en México, GICSA, de los hermanos Elías y Abraham Cababie, se enfrentaran a la falta de crédito, la salida de inversionistas y a terminar proyectos como City Santa Fe años después de lo prometido a clientes; pero en 2015, el boom inmobiliario que se vive en el país, de la mano de nuevos instrumentos de inversión, han abierto la puerta para que la empresa busque debutar en el mercado accionario.

La inmobiliaria que dirige Abraham, tiene un plan para desarrollar 14 proyectos de la mano de otros inversionistas, en el que ellos aportarán alrededor de 20 mil millones de pesos y con ello sumarían 820 mil metros cuadrados de área rentable a su portafolio, de acuerdo con el prospecto de colocación enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
Sin embargo, esto aún luce lejano a los casi 100 proyectos en desarrollo que tuvo en 2008.

Hasta antes de la crisis, la empresa era una de las mayores desarrolladoras inmobiliarias de México, con presencia en 40 por ciento de los estados del país y había incursionado en Estados Unidos como accionista de Cabi Cal, la cual afrontó problemas derivados de la crisis inmobiliaria estadounidense.

En México, la empresa vio afectaciones por la salida de inversionistas, retraso en proyectos y venta de activos, lo que hizo que recortara su planta laboral y redujera su velocidad de obra.

En 2010, la empresa concretó una reestructura, luego de frenar operaciones casi por completo y salir del negocio de vivienda, uno de sus principales segmentos de negocio, pero también en el que habían tenido los mayores retrasos en entrega a los compradores.

Con el surgimiento de las Fibras, GICSA vio una oportunidad para monetizar activos y vendió a Fibra Uno un portafolio de 15 de sus propiedades más emblemáticas por 11 mil 600 millones de pesos, entre las que se encontraron centros comerciales en Cancún y oficinas en Santa Fe e Insurgentes.

Con la reestructura que tuvo la empresa, además de concluir sus negocios en Estados Unidos, vendió alrededor de 138 desarrollos de vivienda que contemplaban más de 31 mil metros cuadrados de construcción.

"Los proyectos residenciales fueron los que más se demoraron, creo que le dieron más énfasis a los grandes proyectos comerciales y de oficinas, aunque luego pararon por completo, ahí tienes el caso de Reforma Capital que estuvo casi dos años inconcluso", dijo una fuente del sector inmobiliario.

En este proyecto se recibieron inversiones de Manuel y Alberto Saba; mientras que en el caso de City Santa Fe, la empresa vendió a los hermanos Tomé.

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