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El sueño anti Tesla, a 20 centavos el minuto

Autolib, la apuesta del multimillonario francés Vicent Bolloré, es un servicio para compartir coche en Francia por tan sólo 20 centavos de euro el minuto, abastecido con Bluecars, autos eléctricos con los que espera hacer frente al modelo S de Tesla, el cual tiene un costo de 71 mil dólares.

El Modelo S de Tesla, un suntuoso sedán eléctrico de cuatro puertas con un precio de etiqueta de 71 mil dólares, tiene una lista de espera de meses. Vincent Bolloré puede ponerlo al volante de un eléctrico con una tecnología "muy superior" esta tarde. Por tan sólo 20 centavos por minuto.

Bolloré, el multimillonario francés que es el mayor accionista de Vivendi, ha creado Autolib, un servicio para compartir coche en Francia, abastecido con hatchbacks llamados Bluecars. El resultado es una especie de anti-Tesla: automóviles con apariencia de insectos y sin adornos eléctricos que se alquilan por minuto, sin una inversión inicial grande para los conductores. Tesla Motors Inc., en cambio, está siguiendo las huellas de los neumáticos que deja la industria tradicional de automóviles, fabricando vehículos y vendiéndolos a particulares.

Aparte del enfoque ascendente para el transporte libre de emisiones, la tecnología que impulsa a los coches a través del tráfico de París es diferente. Bolloré insiste en que sus baterías son más duraderas y más seguras, y que representan el mejor camino para obtener beneficios.

"El elemento clave en un vehículo eléctrico no es el vehículo, es el sistema eléctrico", dijo Bolloré, de 62 años, quien convirtió la operación de fabricación de papel de 193 años de antigüedad de su familia en un conglomerado de 11 mil millones, llamado Groupe Bolloré, con participaciones en decenas de empresas que van desde el envío hasta el aceite de palma. "Creemos que nuestra tecnología es muy superior" a la de Tesla.

Después de pasar tres años y gastar 3 mil millones de euros (3 mil 200 millones de dólares) en el desarrollo de los coches y las baterías usadas en París (así como Lyon y Bordeaux), Bolloré se prepara para llevar la idea a nivel global. Primera parada: Indianápolis en junio, luego Londres a finales de este año. Dice que también ha solicitado un permiso en Singapur y tiene en vista Los Ángeles.

Autolib, que se basa en el programa para compartir bicicletas Velib de la capital francesa, es la mejor manera de superar la resistencia de los consumidores a los eléctricos, dice Bolloré. Los habitantes de la ciudad pueden utilizar los coches para ir de compras, transportar niños, o para paseos de fin de semana al campo, sin tener que preocuparse por dónde conectarlo en la noche. El Bluecar se aparta mucho del elegante y lujoso Modelo S. Los fabricados por Autolib son de un solo color, gris metálico, y están adornados con anuncios del servicio en letras rojas y azules.

Autolib tiene unos 3 mil  Bluecars y 900 estaciones en los alrededores de París, y se esperan 500 coches más y 200 estaciones este año. Alrededor de 70 mil personas han pagado 120 euros para acceder a los coches durante un año, que luego les cuestan 18 centavos de euro para su conducción por minuto. Bolloré dice que la operación de París puede ser rentable con unos 10 mil suscriptores más. Los usuarios ocasionales también pueden pagar 9 euros por un solo paseo de media hora.

Bolloré dijo que eligió Indianápolis para la primera incursión de Bluecar en Estados Unidos debido a la fuerte cultura automotriz de la ciudad -piense en Indy 500- y a los extremos del invierno frió y del verano caluroso del Medio Oeste, que pondrá a prueba la durabilidad de los vehículos. Para fin de año, espera tener 500 coches Blueindy y 200 estaciones de carga en toda la ciudad en expansión.

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