En medio de la minuciosa revisión de las pruebas de emisiones en Volkswagen AG y Renault SA se pierde el hecho de que otro fabricante líder de Europa, Fiat Chrysler Automobiles NV, está en aprietos con los reguladores.
No por un posible fraude. Para nada. El problema de FCA es que sus antecedentes en materia de emisiones en Estados Unidos son malos y el tiempo para arreglarlos se agota.
Por cuarto año consecutivo, el fabricante de las camionetas Ram y los vehículos deportivos utilitarios Jeep terminó último en la clasificación de la Agencia de Protección Medioambiental sobre emisiones de dióxido de carbono de 2014 entre las grandes automotrices. Y la agencia planea acelerar considerablemente sus metas de CO2 para comienzos del próximo año.
Para cumplirlos, FCA debe mejorar más rápido que sus rivales más grandes y ricos, que también están esforzándose en reducir las emisiones. Si no lo logra, se vería forzada a dejar de fabricar algunas de sus camionetas ligeras que, según el analista de Bloomberg Intelligence Kevin Tynan, generan el 90 por ciento de sus ganancias. O, para seguir fabricándolas, estaría obligada a fusionarse.
"FCA no tiene los recursos necesarios para cumplir con los requisitos de emisiones", dijo Maryann Keller, consultora independiente del sector automotor de Stamford, Connecticut. "No es una compañía que pueda sobrevivir en su estado actual".
Para luchar contra el calentamiento global, la Agencia de Protección Medioambiental limitará el CO2 del tubo de escape a 163 gramos por milla (1.6 kilómetro) en 2025. FCA informó un promedio de 428 gramos por milla en 2014, frente a 302 del líder del sector Mazda Motor Corp.
REQUISITOS MÁS EXIGENTES EN AHORRO DE COMBUSTIBLE
La compañía con sede en Londres también enfrenta metas más duras de ahorro de combustible para 2025. La Agencia de Protección Medioambiental exige a los fabricantes de coches que aumenten el promedio de millas por galón (3,78 litros) un 50 por ciento a 54.5. Mientras tanto, California exige que el 15 por ciento de las ventas provengan de vehículos sin emisiones alimentados por celdas de combustible o baterías.
El máximo responsable ejecutivo Sergio Marchionne considera que esos mandatos son caros y representan una amenaza existencial. Desde mediados de 2014 dice que los fabricantes de coches deberían enfrentar los desafíos y aumentar sus ganancias crónicamente bajas a través de fusiones. General Motors Co., empresa en la que se centró principalmente, dijo que no.
"Nadie necesita una fusión con Chrysler," dijo Keller.
El escándalo europeo de las emisiones se extendió–en medio de la crisis de fraude de Volkswagen— cuando Renault dijo que llamará a revisión a 15 mil 800 vehículos y pondrá a disposición de unos 700 mil clientes sistemas de control de contaminación mejorados. El fabricante perdió más de 3 mil millones de euros de valor de mercado desde que se conoció la noticia de que el 7 de enero los investigadores gubernamentales de fraude allanaron tres de sus oficinas en Francia.
FCA ha tenido dificultades para alcanzar los requisitos de eficiencia de combustible desde que Estados Unidos los estableció en 1975, cuando Fiat y Chrysler eran compañías separadas. En la actualidad depende de las Rams, los Jeeps y las minivans: con el galón de gasolina cerca de 2 dólares, un 78 por ciento de su volumen de ventas en Estados Unidos proviene de las camionetas ligeras, frente al 70 por ciento en GM y el 69 por ciento en Ford Motor Co., según Autodata Corp.
El ahorro de combustible de su camioneta fue peor que el de GM en el año modelo 2014, de acuerdo con los datos de la Agencia de Protección Medioambiental, en tanto las camionetas promedian 17.3 millas por galón frente a 19.2.
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