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¿Dónde quedaron las viviendas verticales en México?

Al cierre de 2017 apenas el 27% del total de nuevos hogares presentaron estas características a nivel nacional, de acuerdo con el RUV.

En abril pasado se cumplieron cuatro años de la implementación del Programa Nacional de Vivienda 2014-2018, el cual tenía entre sus objetivos impulsar la edificación de desarrollos verticales. Además, en 2016 se promulgó la Ley de Asentamientos Urbanos que pretendía reforzar la política de verticalidad.

Sin embargo, al cierre del año pasado apenas el 27 por ciento del total de nuevos hogares eran de esas características a nivel nacional, lo que representa un aumento de 3 puntos porcentuales comparado con 2014, revelan datos del Registro Único de Vivienda (RUV).

Los desarrollos verticales son edificaciones de tres o más niveles que albergan al menos tres hogares. Se trata de un modelo de vivienda que ayuda a mitigar el daño social, económico y ambiental del esquema horizontal en las ciudades al aprovechar los pequeños espacios y contribuir a una mejor conectividad.

A nivel mundial, ciudades como Barcelona y Nueva York están edificadas bajo este esquema.

El crecimiento de esta categoría, según expertos, ha tenido un efecto retardado en México debido a que se ha enfocado al segmento residencial, además de que la política de vivienda se ha visto rebasada por el déficit de hogares que hay en las ciudades, la falta y encarecimiento de terrenos y la saturación en infraestructura y movilidad.

"Políticas internacionales y la Ley de Asentamientos Humanos plantean verticalidad, densificación, ciudades compactas, las recetas que se conoce a nivel mundial para ser ciudades eficientes, pero no se pueden hacer en México; los gobiernos locales siguen pensando en hogares unifamiliares cuando es insensato porque se encarece el suelo, entonces la verticalización en México ha tenido un efecto retardado", explicó Horacio Urbano, presidente de la consultora Centro Urbano.

Óscar Ruiz, científico de datos del IMCO, dijo que "no hay suficiente oferta vertical y que falta promover políticas que apoyen todos los niveles de vivienda, incluidos medios y de interés social".

Una de las ventajas de la verticalización es el aprovechamiento de la infraestructura y equipamiento del centro de las ciudades, pero éste se ha visto rebasado por la falta de planeación urbana e inversión, refirió David Baltazar, expresidente del Colegio de Urbanistas de México.

"El desarrollo de vivienda vertical está limitado en todos los sentidos. Las ciudades no están preparadas para dar servicios, equipamiento e infraestructura a desarrollos verticales. Además, no hay una regulación adecuada", dijo Ignacio Torres, director de operaciones de la consultora Grupo4s.

Por conectividad, la vivienda vertical se sitúa en el centro de las ciudades, lo que genera encarecimiento del suelo. Esto ha originado que la mayoría de la oferta de este tipo se dirija al sector residencial, el cual tiene una participación de 61 por ciento en la Ciudad de México, de 31 por ciento en Guadalajara y de 8 por ciento en Monterrey, según datos de Lamudi.

Las grandes desarrolladoras, que en 2012 concentraban el 40 por ciento de la construcción de vivienda horizontal en el país, ahora centran su oferta en la vivienda vertical para el sector residencial.

"La política de vivienda tiene cuatro ejes fundamentales: vivienda vertical, de dos recamaras, sustentable y que se ubiquen en centros interurbanos. Nosotros caminamos desde hace ocho años en ese sentido", explicó Sergio Leal, CEO de Vinte.

A nivel nacional, Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey son las que han registrado mayor crecimiento en este tipo de asentamientos. Entre 2014 y 2017, en Guadalajara la verticalización tuvo un crecimiento de 90 por ciento, en Monterrey de 23 por ciento y la CDMX de 18 por ciento, según cifras de Lamudi.

Además, en los últimos cuatro años los inmuebles verticales en la capital del país fueron el 98 por ciento de las nuevas construcciones; es decir, 37 mil 750 inmuebles de ese tipo de un total de 38 mil 203, según cifras de la Conavi.

Especialistas coincidieron en que la CDMX puede considerarse como una ciudad vertical, pero Guadalajara y Monterrey todavía no.

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