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Crisis revela vicios en vivienderas; no habrá rescates, recuerda Hacienda


 
Jonathan Ruiz Torre
 

Los problemas de las vivienderas podrían no responder solamente a un cambio inminente en la política nacional del sector, que sorpresivamente devaluó sus predios.
 
Algo llamó la atención del líder de una institución financiera hace un par de años cuando revisó las solicitudes de crédito enviadas por una de las desarrolladoras más grandes del País.
 
Unas 600 personas que entraron en un programa de renta con opción a compra de casa en Baja California, acudían a pagar cada mes a la misma sucursal bancaria y a la misma hora, puntualmente.
 
Eso, pensó, no era posible. Pronto surgió una sospecha: podría ser la misma empresa la que pagaba por sus clientes para que, al final de un periodo de prueba de su capacidad de pago que duraba 6 meses, obtuvieran su crédito hipotecario y la desarrolladora pudiera al fin, sumar esas 600 casas a su estadística de ventas.
 
Este caso forma parte de una lista de vicios surgidos en el marco de esta crisis que mantiene en suspenso el futuro de empresas como Homex, Urbi y Geo, que reportaron a la Bolsa su coyuntural incapacidad de cumplir con el pago de cuentas pendientes.
 

 
 
Las empresas entraron en una euforia de ventas que aumentó el valor de las compañías durante la década pasada y el inicio de ésta, comentan fuentes que detallaron los casos a condición de mantener el anonimato.
 
Primero recurrieron a los créditos de las Sofoles Metrofinanciera y Su Casita. Cuando éstas fracasaron debido en parte a la baja calidad de su cartera, acudieron a los bancos para continuar su expansión, hasta que estos también empezaron a cerrar las puertas a sus clientes, en parte por irregularidades encontradas.
 
La combinación de factores las dejó sin liquidez para seguir construyendo y vendiendo.
 
Los vicios llegaron este sexenio a las oficinas de la Secretaría de Hacienda en Palacio Nacional, en donde son revisados la situación legal de las empresas en problemas y los alcances que podrían tener sus deudas ante los bancos.
 
Otro ejemplo de los casos detectados surgió a raíz de la "perfección" de los trámites de crédito realizados por clientes de un desarrollo de vivienda en Sinaloa.
 
Todas las solicitudes que llegaron en un paquete coincidían en el orden del papeleo y en un asunto más: el estado de cuenta que comprobaba los ingresos de los solicitantes. Eran idénticos salvo por el nombre, advierte uno de los involucrados.
 
Los movimientos reportados en el estado de cuenta de cada trámite individual lucían iguales, lo que advierte la posibilidad de que hayan sido alterados por el mismo desarrollador.
 
Otro asunto revisado en Palacio Nacional levanta sospechas de que accionistas de las empresas hayan comprado terrenos a un precio bajo, para luego venderlo a su empresa obteniendo ganancias considerables en detrimento de las finanzas corporativas.
 
Ante el escenario hay una consigna en Hacienda: no habrá rescates. ¿Podría quebrar alguna compañía? Se le cuestionó a un alto funcionario. Sí, la mayoría se salvará, pero alguna podría no resistir, advirtió.
 
 

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