Abrir la competencia en el segmento de televisión de paga a otros jugadores, ante un actor como Televisa que ostenta el 60 por ciento de la participación, es la ruta que resulta más viable para equilibrar ese mercado, en opinión de expertos del sector.
A finales de febrero, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) determinó que la empresa tiene poder sustancial en la oferta de ese servicio, aunque aún no determina las medidas a aplicar.
Jorge Bravo, analista de Mediatelecom, Policy & Law, subrayó que no se trata de quitarle participación de mercado a la empresa controlada por Emilio Azcárraga Jean, sino de que no imponga barreras de entrada y realice prácticas anticompetitivas.
Respecto a lo que el instituto aplique, señaló, lo que podría afectar a la televisora es darle un acceso irrestricto a sus señales de TV restringida y en caso de que no exista acuerdo con otros operadores, el IFT imponga tarifas reguladas que por ende reducirían los costos de acceso.
"Si no puede negar el acceso, el IFT tendría que imponer las tarifas; esa es la medida más drástica que podría imponer el regulador, pero no que le quite presencia ni participación, lo que sólo permitiría que otros tengan contenidos con tarifas reguladas, pero ello no impediría que pueda seguir creciendo", dijo.
Ramiro Tovar, experto en el sector de telecomunicaciones, considera que se debe instrumentar un mecanismo para unificar las oportunidades de convergencia de los operadores.
En su opinión, la convergencia es unilateral pues no hay la misma oportunidad de ofrecer servicios en un sector que se espera se sumen más jugadores a ofrecer triple o cuádruple play.
"Ante el cambio tecnológico hay menos posibilidad de que se mantengan las reglas como están. Mientras que el operador de telecomunicaciones sí puede ofrecer servicios de telefonía, no puede ofrecer contenido", comentó.
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