Elecciones 2018

Así es como Trump le 'echó una mano' a la campaña de AMLO

En un texto de la revista New Yorker se exponen algunas similitudes entre el mandatario estadounidense y el candidato tabasqueño y cómo Trump podría ayudar a su eventual triunfo.

México, acosado desde dentro por la corrupción, la violencia del narcotráfico y el antagonismo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elegirá presidente este 1º de julio y Andrés Manuel López Obrador contiende con la promesa de rehacer al país en el espíritu de sus fundadores. Si se toman como creíbles las encuestas, es casi seguro que gane.

El gobierno encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto y el PRI ha representado a López Obrador como un populista radical en la tradición de Hugo Chávez, que tiene la intención de convertir a México en otra Venezuela, pero también la administración de Trump ha mostrado signos de preocupación.

Roberta Jacobson, quien fuera hasta hace unas semanas embajadora de EU en el país, había comentado que altos funcionarios de la Unión Americana aseguraban que "si AMLO gana, lo peor sucederá", señaló un artículo de Jon Lee Anderson de la revista The New Yorker.

En su análisis, la publicación precisa que irónicamente la popularidad del candidato de Morena puede ser parcialmente atribuida a Donald Trump; Mentor Tijerina, un encuestador de Monterrey, comentó para la publicación que la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos significaba una crisis para México, lo cual ayudaría al candidato de Morena.

Éste señala que funcionarios del gobierno de Peña Nieto habían advertido a sus contrapartes en EU que la hostilidad de Trump sólo aumentaría las posibilidades de un nueva administración más hostil. "Si Trump no moderaba su conducta, la elección en México iba a ser sólo un referéndum sobre qué candidato era el más antiestadounidense", expone The New Yorker.

En el país vecino, las advertencias surtieron efecto, puesto que en abril de 2017, el senador John McCain comentó que si las elecciones en México hubieran sido en ese periodo, el país votaría por un mandatario izquierdista y antiestadounidense, mientras que John Kelly coincidió en que eso "no sería bueno ni para Estados Unidos ni para México".

Este tipo de declaraciones, de acuerdo con la revista, parecían sólo mejorar la posición de López Obrador. "Cada vez que un político estadounidense abre la boca para expresar una opinión negativa sobre un candidato mexicano, lo ayuda", enfatizó la embajadora Jacobson.

No obstante, precisó que aunque Trump no comparte la misma visión "apocalíptica" de AMLO, hay ciertos rasgos, como el populismo, que sí son comunes entre ambos.

La diplomática enfatizó que a diferencia del presidente de EU, López Obrador claramente es un político pero "como Trump, siempre se ha presentado a sí mismo como un marginado".

La exembajadora recordó que en 2016, cuando organizó varias reuniones con políticos mexicanos, el ahora candidato de Morena la mantuvo esperando por meses para acordar una de éstas y cuando finalmente lo hizo, la citó en una casa de dos pisos en la delegación Tlalpan de la CDMX. "Si parte del asunto era mostrarme cuán modestamente vivía, lo logró".

Jacobson indicó a The New Yorker que aunque López Obrador fue amigable, desvió muchas de sus preguntas y habló poco sobre política, por lo que la conversación no resolvió la duda de si sólo era un oportunista o un reformador. "¿Qué debemos esperar de él como presidente? Honestamente, mi sentimiento más fuerte sobre él es que no sabemos qué esperar".

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