Economía

Gana el Brexit. Los primeros 100 días

Esta podría ser la hoja de ruta para funcionarios de la Unión Europa, que se verán obligados a controlar los daños en caso de que británicos voten a favor de abandonar el bloque económico.

De manera intencional, las autoridades europeas evitaron preparar una hoja de ruta ante la salida del Reino Unido del bloque integrado por 28 países.

Los funcionarios de Bruselas tienen órdenes de no preparar documentos con escenarios para evitar filtraciones alarmistas, según un alto funcionario de un gobierno europeo a cargo de la tarea de realizar los preparativos.

Teniendo en cuenta las posibles ondas expansivas políticas y financieras que rodean al Brexit, no es evidente que un documento resultara útil. Los mercados mundiales padecieron volatilidad en tanto crece la ansiedad respecto del impacto en la economía mundial. El presidente de la UE, Donald Tusk, llegó incluso a decir antes de la votación que podría representar el fin de la "civilización política occidental propiamente dicha".


La exageración de Tusk pone de relieve la tarea de autoconservación que tienen por delante los funcionarios europeos a la hora de afrontar la salida de un país de la EU, algo que parecía inconcebible cuando se creó el bloque. El mecanismo para una salida fue incluido como ley en 2009.

LAS PRIMERAS 24 HORAS


Antes del amanecer del 24 de junio, los altos mandos de la UE, desde Berlín hasta Bruselas, se verán obligados a controlar los daños. Como un eco de la crisis de la deuda griega, es posible que los ministros de finanzas de la eurozona lleven a cabo una reunión de emergencia esa misma tarde. Entre las reacciones de los mercados figuran oscilaciones desorbitadas en la libra, intervenciones más agresivas del Banco Nacional de Suiza y un aumento de la inestabilidad global.

Los mercados de divisas no tuvieron en cuenta la salida del Reino Unido de la UE, de modo que "es muy probable un crac", dijo en Bloomberg Television Lothar Mentel, máximo responsable de Tatton Investment Management en Londres. "Deberíamos prepararnos para un despertar muy duro ese viernes".

Las repercusiones políticas podrían ser aún más tensas. Francia y Alemania, los contrapesos tradicionales de Europa, cuya enemistad se propuso eliminar la UE, tratarán de mostrar cierta iniciativa. Están planeando una respuesta ya para el 24 de junio que pueda incluir el compromiso de una integración más profunda de la eurozona así como también una declaración de que el sueño de la UE se mantiene vivo, según tres personas con conocimiento de los planes.

"La Unión Europa necesitará tener una estrategia creíble", dijo Guntram Wolff, del grupo político Bruegel con sede en Bruselas. "Para evitar una desintegración gradual de la UE, los líderes políticos deberán fortalecer su atractivo y especialmente la alianza franco-germana".

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LA PRIMERA SEMANA


Cuando comience el fin de semana y el Reino Unido tome conciencia de que votó a favor de abandonar el bloque comercial más grande del mundo, el resto de Europa deberá responder sus propias preguntas.

En medio de temores de que una votación por la salida alimente el sentimiento antisistema en toda Europa, los líderes de la UE podrían optar por dar el paso sin precedente de convocar una cumbre de emergencia sin representación británica para el sábado 25 de junio.

Ello tendría un doble motivo: enviar un mensaje a los electores españoles que van a las urnas el 26 de junio de que la UE sigue siendo fuerte; y decidir qué ofrecer (o, más probablemente, qué no ofrecer) al Reino Unido en áreas como la libre circulación de personas y el acceso al mercado único de la UE.

Habrá divisiones que superar incluso sin los británicos. En Francia, donde las encuestas de opinión dicen que el euroescéptico Frente Nacional puede llegar a la segunda vuelta en las elecciones del próximo año, el presidente Francois Hollande tendrá motivos para mostrar al electorado que abandonar el bloque tiene consecuencias negativas. Otros líderes, como en los Países Bajos y Dinamarca, donde el sentimiento antieuropeo también está creciendo, podrían considerar políticamente más beneficioso ofrecer apoyo a Gran Bretaña, su aliado tradicional.

Naciones fuera de la zona del euro, especialmente aquellas en las que el sentimiento antieuropeo ha ido en aumento, como Hungría, Polonia y Suecia, podrían formar un bloque que resista cualquier intento de Francia y Alemania para llevar a la UE en una dirección de mayor integración. Con salida de Gran Bretaña, los países que no emplean el euro perderán un socio crucial: representarán sólo el 14 por ciento del producto interno bruto de la UE.

David Cameron tiene previsto reunirse con los otros 27 líderes de la UE en una cumbre en Bruselas la semana siguiente. Es en esta reunión que el premier probablemente eche a andar el artículo 50 de la UE: uno nunca antes utilizado y que saca a las naciones del bloque.

Esto fijará un plazo de dos años, hasta finales de junio de 2018, durante el cual el Reino Unido tendrá que negociar su salida. ¿Querrá Cameron que el Reino Unido llegue a ser como Noruega o Islandia y mantener una estrecha relación de trabajo con el bloque como parte de la Zona Económica Europea? ¿O podrá haber otra opción que signifique que el Reino Unido tendría que negociar con la UE bajo el marco de la Organización Mundial del Comercio?

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LOS PRIMEROS 100 DÍAS

Los líderes de la UE temen que el referéndum provoque demandas similares en todo el continente. Con las elecciones en los Países Bajos, Francia y Alemania en 2017, no hay razón para disuadir a otros de seguir el curso del Reino Unido, lo que puede debilitar la mano de Gran Bretaña en las negociaciones. También podría desviar la atención de la UE de otras cuestiones, como las finanzas griegas, la crisis de los refugiados y la inestabilidad en Ucrania, de acuerdo con Michael Leigh, investigador principal en el German Marshall Fund.

Para ese momento, la niebla política en el Reino Unido se habrá despejado. La UE podría estar negociando con otro primer ministro, alguien como el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, que apoyó el Brexit y al que los corredores de apuestas han señalado como el favorito para liderar el Partido Conservador. Quien quiera que sea, el nuevo líder británico probablemente tendrá que sacar al Reino Unido de la UE mientras se enfrenta a la perspectiva de un nuevo referéndum, sobre la independencia de Escocia.

El Reino Unido iniciará conversaciones para renegociar acuerdos de la UE en áreas tan diversas como las cuotas de pesca, la legislación de los servicios financieros y las normas de salud y seguridad establecidos desde hace más de 50 años, al mismo tiempo tendrá que comenzar a negociar sus propios acuerdos comerciales con el resto del mundo. Las conversaciones también tendrá que tratar la reubicación de los organismos de la UE con sede en el Reino Unido, como la Autoridad Bancaria Europea.

Cada paso del camino tendrá que ser acordado con los miembros de la UE y el Parlamento Europeo, en un proceso que durará por lo menos siete años y sin ninguna garantía de éxito, dijo el presidente de la UE, Donald Tusk, al diario alemán Bild.

"Nadie puede predecir las consecuencias a largo plazo", dijo Tusk en la entrevista. "Temo que Brexit podría ser el principio del fin no sólo de la UE, sino de toda la civilización política occidental".

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