Economía

¿Valió la pena el enfrentamiento Argentina-bonistas?

Para el multimillonario Paul Singer, la batalla con Argentina ha significado 12 años y una fortuna en costos legales, mientras que el país se volvió un indeseable en los mercados internacionales de deuda.

Cuando el multimillonario de fondos especulativos Paul Singer demandó por primera vez a Argentina por sus bonos no honrados en 2003, seguramente no esperaba verse inmerso en la misma pelea 12 años más tarde.

Ahora, en tanto los principales candidatos de las elecciones presidenciales en Argentina este domingo señalan que estarían dispuestos a resolver la disputa, Singer y otros acreedores no reestructurados están posiblemente más cerca que nunca de que les paguen.

"Parte de la incertidumbre se resolverá bastante pronto", dijo Yacov Arnopolin, gerente de cartera en Goldman Sachs Asset Management, que tiene a su cargo unos 36 mil millones de dólares en deuda de mercados emergentes.

Es prácticamente imposible saber con exactitud cuánto obtendrá Singer Co. de Argentina o qué tipo de ganancia cosecharán a la larga los clientes de su fondo de cobertura. No obstante, la naturaleza confusa y prolongada del enredo llevará finalmente a preguntarse: ¿valió la pena esto para ambas partes?

Elliot Management de Singer realizó centenares de presentaciones legales en estos años, incurriendo en costos legales incalculables e incontables horas de investigación. También emprendió medidas agresivas y excepcionales cuando y donde pudo, inclusive incautar brevemente un barco de la marina argentina en Ghana, para presionar al país a pagar lo que debía.

En el caso de Argentina, la disputa le costó el acceso a los mercados de deuda internacionales, lo cual lo obligó a adoptar políticas que generaron una inflación galopante y hundieron al país en su segunda cesación de pagos en 13 años.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que está proscrita de buscar un tercer mandato, se ha negado a negociar con gran estruendo. Calificó a Singer y a otros fondos de cobertura como "buitres" e ignoró el fallo de la justicia estadounidense que prohíbe al país honrar otras obligaciones de deuda externa hasta pagar a los acreedores. Argentina, descrita por los jueces federales como un "deudor singularmente recalcitrante", enfrenta incluso actualmente sanciones por no cumplir con la ley estadounidense.

Stephen Spruiell, portavoz de Elliott, se negó a hacer comentarios sobre el pleito o las elecciones, y un portavoz presidencial no respondió a un correo electrónico de consulta.

Singer, de 71 años, ha dicho públicamente que aceptaría un descuento y un pago en bonos.

"Con suerte, el próximo gobierno vería los beneficios para el pueblo argentino de librarse de este problema", dijo el 15 de julio en la conferencia Delivering Alpha de Nueva York. "Si emitieran documentos y pagaran la deuda, el impacto sobre el mercado bursátil, el impacto sobre el crecimiento económico y la inflación sería épicamente positivo".

PRÓXIMO GOBIERNO

Cuando le preguntaron si espera que el próximo presidente cambie el tono de Argentina, Singer dijo que tiene "una esperanza, no una expectativa".

Tanto el candidato presidencial favorito, Daniel Scioli, como el candidato de la oposición, Mauricio Macri, han reconocido la necesidad de encontrar una solución que rompa el impase de Argentina con los acreedores, sin dar detalles sobre plazos.

Argentina enfrenta una inflación de un 26 por ciento, precios en baja para sus mayores exportaciones, un déficit fiscal y comercial cada vez más amplio y un tipo de cambio oficial sobrevaluado. Las reservas del banco central, que el gobierno utiliza para pagar deuda y sostener el peso, calculadas en 27 mil 400 millones de dólares se acercan a su nivel más bajo en nueve años.
, Singer dijo que tiene "una esperanza, no una expectativa".

Tanto el candidato presidencial favorito, Daniel Scioli, como el candidato de la oposición, Mauricio Macri, han reconocido la necesidad de encontrar una solución que rompa el impase de Argentina con los acreedores, sin dar detalles sobre plazos.

Argentina enfrenta una inflación de un 26 por ciento, precios en baja para sus mayores exportaciones, un déficit fiscal y comercial cada vez más amplio y un tipo de cambio oficial sobrevaluado. Las reservas del banco central, que el gobierno utiliza para pagar deuda y sostener el peso, calculadas en 27 mil 400 millones de dólares se acercan a su nivel más bajo en nueve años.

También lee: