Economía

Urge un cambio profundo al SAR y al sistema de pensiones


 
Antonio Sandoval
 
Revisar el porcentaje de la cuota de aportación al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), concretamente de quienes cotizan en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es uno de los grandes pendientes que debe revisarse a la brevedad posible.
 
El país necesita una reforma de gran calado en el SAR, la segunda generación de cambios profundos que no se contemplaron en los recientes pactos políticos y que sólo pueden concretarse con un profundo debate nacional; modificar las cuotas al IMSS únicamente es posible mediante una enmienda constitucional.
 
En México el SAR tiene registradas un total de 48.5 millones de cuentas individuales que aportan cuotas de apenas 6.5% del salario base de cotización del trabajador; dichas aportaciones son tripartitas y están compuestas de la siguiente manera: 1.25% proviene del salario del trabajador5.15% debe pagarlo el patróny 0.225% de la cuota de ahorro para el retiro lo paga el Estado.
 
Adicionalmente, existe la cuota social aportada por el gobierno federal que permite elevar el porcentaje a 7.85%, pero solamente para quienes ganan entre 1 y 15 salarios mínimos, más allá no aplica dicho beneficio.
 
Sin embargo, las cuotas son demasiado bajas en relación con otros países y regiones.
En América del Sur:
Chile registra un promedio de aportación de 11.65%Perú 16%y Uruguay 21 puntos porcentuales.
En Europa y EUEl promedio de las aportaciones de ahorro para el retiro es de 18%, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), misma tasa en la que se ubica el promedio de sus países miembrosmientras que en Estados Unidos la tasa es de 11%, al igual que en Japón.
 

La raíz del problema

El problema es que las cifras nos indican que dentro de los parámetros actuales, el sistema de pensiones mexicano tendrá graves problemas a futuro, y la economía también, debido a que muchas generaciones de mexicanos se pensionarán con salarios muy bajos.
 
Actualmente, los recursos administrados por las Afore son de 1.9 billones de pesos, que equivalen a 148,400 millones de dólares al tipo de cambio promedio de 12.80 pesos; asimismo, representa 91% del monto actual de las reservas internacionales del Banco Central mexicano.
 
Una cifra tan importante no pasa inadvertida, pero incluso en esa magnitud es insuficiente para el futuro.
 
En un escenario de hipotético regreso al viejo sistema de reparto, los 148,000 millones de dólares, distribuidos en las más de 48 millones de cuentas individuales, alcanzaría para proporcionarle a cada trabajador 3,027 dólares para cubrir gastos por un promedio de 15 años después del retiro, tiempo que, según cálculos de la Consar, es la tasa media de sobrevivencia postjubilación.
 
Un ejemplo y más datos
 
Según el órgano regulador del SAR, en México 60% de los trabajadores gana entre cinco y 10 salarios mínimos; si consideramos que el salario mínimo es de 64.76 pesos diarios en la zona A, entonces el universo de trabajadores mencionados gana entre 9,714 y 19,428 pesos mensuales.
 
De acuerdo con esos mismos datos, la tasa de reemplazo de un trabajador, bajo las condiciones actuales y sin variaciones futuras, sería de 58% de su salario base de cotización, pero los análisis de organismos como la Consar señalan que en México la tasa de reemplazo promedio es de 48%, lo que quiere decir que muchos cálculos tienen escenarios demasiado optimistas como el rendimiento promedio real y nominal.
 
Todo lo anterior no contempla un panorama adicional, el de la generación de la transición, aquellas personas que empezaron a cotizar al IMSS antes del primero de julio de 1997 y que pueden retirarse bajo el esquema de la Ley de 1973 del propio IMSS; es decir, pueden aspirar a una pensión de parte del organismo público.
 
La generación de la transición está compuesta por 19.8 millones de cuentas individuales, que representan 41% de las cuentas en el SAR; esta generación empezará su retiro masivo en 2025 y se extenderá hasta 2040, tiempo durante el cual el IMSS y el país tendrán que soportar una pesada carga financiera, que puede disminuir con sólo revisar las cuotas de aportación al SAR.
 
 

También lee: