Economía

Tres consejos del FMI para evitar una crisis de deuda mundial

Los altos niveles de deuda pueden dejar a los gobiernos mucho más vulnerables, lo que podría provocar correcciones en los mercados, fuertes movimientos del tipo de cambio y un mayor debilitamiento de los flujos de capital, advirtió el FMI.

La carga de la deuda pública es un problema creciente a nivel mundial y para evitar una crisis de deuda, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó este viernes una serie de recomendaciones.

El primero de ellos es que los países se aseguren que el endeudamiento soberano sea sostenible financieramente. Además, que todos declaren de forma exhaustiva y transparente su endeudamiento, y que haya una colaboración entre los acreedores oficiales para los casos de reestructuración de la deuda en los que participen prestamistas no tradicionales.

Conforme las condiciones financieras se endurecen con un aumento en el costo de las tasas de interés, los altos niveles de deuda pueden dejar a los gobiernos mucho más vulnerables, lo que podría provocar correcciones en los mercados, fuertes movimientos del tipo de cambio y un mayor debilitamiento de los flujos de capital, advirtió el FMI en un artículo escrito por Martin Mühleisen y Mark Flanagan, directivos del Departamento de Estrategias del FMI, publicado en su blog.

"Normalmente los países de bajo ingreso se enfrentan a los desafíos más difíciles en lo que se refiere a la deuda y también suelen estar menos preparados para responder a estos desafíos", señalan en el documento.

Agregan que muchos de estos países tienen una gran necesidad de generar recursos adicionales para el desarrollo, y acaban recurriendo cada vez más al financiamiento externo a través de emisiones de bonos soberanos, préstamos de nuevos prestamistas oficiales, y crédito de acreedores comerciales extranjeros.

Los bonos soberanos y los créditos comerciales suelen tener tasas de interés más altas y vencimientos más cortos, lo que incrementa el costo del servicio de la deuda y complica la tarea de gestionarla.

Para evitar una crisis de deuda, el organismo señala tres prioridades de políticas para cambiar el curso de esta tendencia creciente de endeudamiento público.

-Redoblar los esfuerzos para asegurar que el endeudamiento soberano sea sostenible desde el punto de vista financiero. Los gobiernos deberían definir cuidadosamente sus planes de gasto público y déficit fiscal para mantener la deuda pública en una trayectoria sostenible. También deberían considerar detenidamente el rendimiento potencial de sus proyectos y su capacidad de reembolso a través de un aumento de los ingresos tributarios antes de contraer nueva deuda.

Por otra parte, los prestamistas deben evaluar el impacto de los nuevos préstamos en la posición de deuda del prestatario antes de otorgar nuevos créditos. Esto protegerá tanto al prestamista como al prestatario de celebrar acuerdos que les causarán dificultades financieras en el futuro.

-Como segunda idea de política, señala la necesidad de que todos los países declaren información exhaustiva y transparente sobre la deuda pública. En muchos países en desarrollo, existe margen para fortalecer significativamente las instituciones que se encargan de registrar, supervisar y declarar la deuda.

Menos de uno de cada diez países presenta información sobre la deuda de las empresas públicas.

Una mayor transparencia en relación con los pasivos de deuda pública puede ayudar a evitar la acumulación de grandes pasivos "ocultos" que acaban transformándose en deuda explícita del gobierno.

-Finalmente, es necesario promover la colaboración entre los acreedores oficiales a fin de prepararse para los casos de reestructuración de la deuda en los que participen prestamistas no tradicionales. Teniendo en cuenta el alto nivel de deuda mantenido por los nuevos acreedores, debemos pensar en qué podemos hacer para que la coordinación entre los acreedores oficiales sea eficaz, ya que a menudo es esencial para la resolución de las crisis de deuda.

Los niveles de la deuda global, pública y privada, alcanzaron niveles récord según informó en octubre pasado el FMI, al referir un monto total de 182 mil millones de dólares, casi un 60 por ciento arriba de la registrada en 2007.

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