Economía

¿Qué sigue para Turquía después del intento de golpe? UBS responde

UBS anotó las señales que los inversores deben tener en la mira con respecto a las perspectivas macroeconómicas y de mercado de Turquía después del fallido intento de golpe de estado en el país.

Después de que el ejército turco se levantara en armas y el gobierno recuperara el control del país, todo el mismo día, UBS anotó las señales que los inversores deben tener en la mira con respecto a las perspectivas macroeconómicas y de mercado de ese país.

UBS considera que hay dos áreas de incertidumbre en Turquía, pues se desconoce si el golpe de Estado fallido generará cambios visibles en el presidente Tayyip Erdogan, o abrirá la posibilidad de cambiar a una presidencia ejecutiva.

Agrega que se debe seguir la relación del gobierno turco con las instituciones del estado, entre ellas el ejército.


Después de los sucesos, UBS ve cierta debilidad en precios de las acciones turcas que cotizan en Nueva York; sin embargo, se mantiene la sobreponderación de Turquía dentro de los mercados emergentes ya que el mercado continúa operando barato en relación a su propio historial.

No obstante, se advierten riesgos como una caída sostenida en el TKL ante la creciente aversión al riesgo y la fuga de capitales y, en el mediano plazo, un descenso en el crecimiento de la economía turca y de los beneficios empresariales.

Respecto al balance de la cuenta externa, UBS prevé que habrá un deterioro después del tercer trimestre del año asociado al incremento en los precios del petróleo, a lo que se sumará una caída en los ingresos por turismo durante el verano, con lo que crecería el déficit exterior.

Por otro lado, analistas de la firma consideran que no es fácil estimar la afectación en la economía del fallido golpe de estado en los indicadores clave como la confianza en el consumidor.

UBS esperaba que Turquía tuviera un crecimiento económico de 4 por ciento durante este año, sin embargo, los hechos significarían un riesgo para el pronóstico, aunque considera que el gobierno responda con un impulso fiscal.

En su análisis, UBS añade que la política monetaria tiene mucho menos espacio para ser reducida ante un aumento previsto de la inflación.

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