La expectativa de débiles precios de materias primas podría sustraer casi 1 punto porcentual anualmente de la tasa de crecimiento de los países exportadores de insumos básicos durante el periodo del 2015 a 2017, comparado con el bienio terminado en 2014 y en particular para los exportadores de energía, la caída se estima mayor, de casi 2.25 puntos porcentuales en promedio.
Este impacto en el crecimiento potencial implica que la respuesta política de los países debe ir más allá de las medidas relativas a la demanda e incluir reformas estructurales, advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La flexibilidad del tipo de cambio que ha aumentado entre los exportadores de materias primas en la última década puede ayudar a suavizar el impacto de la crisis de precios de los productos básicos, señala el reporte del organismo "¿Hacia dónde se dirigen los exportadores de materias primas? Crecimiento de la producción en las secuelas del auge de los commodities".
En los países donde la disminución de los precios de los commodities conduce a una pérdida de ingresos fiscales, el más débil crecimiento de la producción potencial también requerirá ajustes fiscales para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública.
El análisis realizado por el organismo, señala que esta desaceleración en los precios de las materias primas no es sólo un fenómeno cíclico, tiene un componente estructural también. Las inversiones y en consecuencia la producción potencial, tienden a crecer a un ritmo más débil en los países exportadores durante fases descendentes de precios de materias primas.
En promedio, unos dos tercios de la disminución en el crecimiento de la producción de los exportadores de materias primas se atribuye al componente cíclico de crecimiento. El tercio restante tiende a ser responsabilidad del componente estructural, lo que refleja una reducción de la inversión y la producción potencial.