Economía

Políticas fiscales ayudan al crecimiento del PIB: Monitor Fiscal del FMI

Sin embargo, el organismo internacional advierte que los países que buscan mayor estabilización fiscal deben evitar socavar los estabilizadores automáticos con medidas procíclicas.

Políticas fiscales pueden reducir la volatilidad macroeconómica e impulsar el crecimiento real del producto interno bruto (PIB), de los países, mientras que en economías avanzadas podrían sumar 0.1 puntos porcentuales a la tasa de crecimiento del PIB, en los países en desarrollo pueden significar 0.3 puntos porcentuales más, según revela el Fondo Monetario Internacional.

La política fiscal frecuentemente es usada para suavizar fluctuaciones en la actividad económica y puede impulsar el crecimiento del PIB real específicamente un incremento plausible en la estabilización fiscal, medido como la sensibilidad de todo el balance presupuestal con la brecha de producción, expone el Monitor Fiscal, preparado por el Departamento de Asuntos Fiscales del FMI.

Los estabilizadores automáticos son un componente importante de la estabilización fiscal, pero muchos países tienden a aguantar su impacto en los buenos tiempos, llevando a una significativa acumulación de deuda pública. Marcos fiscales que promueven estabilización fiscal a través del ciclo pueden fomentar un crecimiento más estable y elevado mientras soportan deuda sustentable.

Advierte que los países que buscan mayor estabilización fiscal deben evitar socavar los estabilizadores automáticos con medidas procíclicas. Aquellos que buscan mejorar los estabilizadores automáticos deben hacerlo sin aumentar indebidamente el tamaño del sector público o la creación de distorsiones indeseables como altas tasas de impuestos marginales.

Las políticas fiscales han sido generalmente más estabilizadoras en economías avanzadas que en mercados emergentes y economías en desarrollo. Esto refleja en gran medida las características específicas de estas últimas como son instrumentos fiscales menos potentes y el protagonismo de objetivos de políticas además de estabilidad en la producción.

Los estabilizadores automáticos son una herramienta efectiva para la estabilización fiscal pero a menudo se introducen medidas fiscales discrecionales para reprimirlos durante los buenos tiempor, evitando la construcción o restauración de reservas fiscales que pueden ser usadas durante periodos de recesión y contribuir a la acumulación insalubre de la deuda pública con el tiempo. También pueden ser asociados con ciertas actividades gubernamentales y financiar recursos con efectos indeseables como son altas tasas impositivas marginales y amplios subsidios.

Estimados del FMI señalan que la estabilización fiscal reduce la volatilidad en el ciclo de los negocios. Una economía avanzada dirigida hacia una fuerte estabilización fiscal podría potencialmente reducir el crecimiento de la volatilidad general en alrededor del 20 por ciento y en los mercados emergentes o en desarrollo, en cerca del 5 por ciento.

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