Economía

Política de China 'enturbia' paraíso vacacional caribeño

En Bahamas, el proyecto Baha Mar, valuado en 3 mil 500 millones de dólares y que llevaba un 97 por ciento de avance en su construcción, quebró ante los conflictos con China.

En medio de las aguas tropicales, tras arenas bordeadas de palmeras y puertas cerradas, se levanta Baha Mar – el centro vacacional más grande y costoso (3 mil 500 millones de dólares) del Caribe-.

El silencio es casi espeluznante en este lugar de las afueras de Nassau, donde el paisaje marino de Paradise Island cede su lugar al enorme resort fantasmal.

Cómo fue que el sitio terminó así –en una quiebra tan colosal que pone en peligro la calificación crediticia de las Bahamas- es una de las historias comerciales más impresionantes que haya vivido esta nación caribeña desde que se tiene memoria y llega hasta China.

Para entender los problemas de la isla hay que remontarse a 2005, cuando el primer ministro Perry Christie llegó a un acuerdo con Sarkis Izmirlian, hombre de negocios local que ayudó a revitalizar Cable Beach, la playa más popular de la isla de Nueva Providencia. Cuando en 2008 se produjo la crisis financiera, Izmirlian aceptó la propuesta de construcción de China State Construction Engineering Corp., el segundo mayor contratista del mundo. La compañía lo puso en contacto con Export-Import Bank of China, o Exim, que promueve el comercio y la inversión bajo la dirección de Pekín.

Pero enseguida se produjeron interminables regateos complicados por la barrera del idioma con motivo de los pagos, las facturas, la calidad de las obras, etc. Se fijaron plazos y no se cumplieron. Los correos electrónicos iban y venían de Pekín.

Finalmente, Baha Mar Ltd. se presentó en quiebra en Delaware el pasado 29 de junio y su caída complica la calificación de la isla.

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