Esteban Rojas H.
Los participantes del mercado cambiario nacional reaccionaron con moderado optimismo ante la noticia de la aprobación de la reforma energética en el Congreso, a la espera de lo que pueda pasar con la decisión de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
En el mercado de mayoreo, el dólar cerró en 12.933 unidades a la venta, lo que significó para el peso un avance moderado de 3.55 centavos, semejante a 0.27 por ciento.
En la semana, la moneda nacional no presentó grandes cambios, al experimentar una baja 0.03 por ciento, con lo que siguió dentro de un proceso de congestionamiento.
El débil comportamiento observado por el peso en los últimos días se puede interpretar como una toma de utilidades, dado que anteriormente había estado descontando favorablemente la aprobación de la reforma energética.
Sin embargo, no deja de llamar la atención el frío recibimiento por parte de los mercados, sobre todo ante el hecho de que la reforma energética aprobada fue finalmente más profunda de lo originalmente propuesto por el Ejecutivo federal.
La reacción se puede deber a que las transformaciones propuestas en la reforma pueden tardar en cristalizarse, sobre todo en caso de que la legislación secundaria tarde en elaborarse, como ha sucedido con otras reformas.
Otra de las explicaciones es la visión de corto plazo de los participantes, al volver enfilar su radar a lo que puede suceder en la próxima reunión de la Fed.
El temor de que la principal autoridad monetaria de los Estados Unidos pueda empezar a modificar su política monetaria, en su reunión del 18 de diciembre, se enfrió un tanto después de haberse dado a conocer cifras del comportamiento de la inflación.
Los precios al productor bajaron 0.1 por ciento en noviembre, con lo hilaron su tercer mes consecutivo a la baja.
El débil dinamo de la inflación le puede quitar incentivos a los integrantes del Comité Abierto de Mercado de la Fed para iniciar un posible retiro de los estímulos monetarios.
Las posiciones encontradas en cuanto al resultado de la Fed pueden incidir en un aumento en la volatilidad, sobre todo porque el factor sorpresa siempre está presente.
Economía