Por doce años el gobierno Federal ha sobreejercido el gasto, subestimando los ingresos y creando bolsas de recursos 'adicionales' erogados discrecionalmente, señalaron expertos.
Explicaron que la Secretaría de Hacienda tiende a subestimar las variables con las que se aprueba el Presupuesto: Crecimiento, dólar, precio y volumen de la plataforma de exportación del petróleo y los Adeudos de ejercicios fiscales anteriores, para proteger el gasto ante ajustes en dichas variables; sin embargo, los ingresos extra que resultan de esa subestimación se usan de forma discrecional, pues son recursos que no tienen que ser aprobados por el Congreso.
Luis Foncerrada, presidente de True Economic Talks, dijo que la subestimación de los ingresos se ubicó en un rango de 150 mil a 300 mil millones de pesos en el sexenio pasado. "Esto creó un espacio más alto para erogar más, pero estos ingresos adicionales se pueden gastar, sin límite, durante cada mes que se generen; en lo que quieran; y sin tener que pedir permiso al Congreso".
Solo en Estonia y en México pasa esto, apuntó.
En especial, esos recursos adicionales se van a los estados a través del Ramo 23 o de los 'moches', el cual no tiene reglas claras ni procedimientos establecidos, como el Ramo 33, dijo Alejandro González del centro de análisis, Gesoc.
Agregó que la práctica de subestimar para reasignar recursos de forma discrecional genera distorsiones. "El presupuesto es el instrumento más político del sexenio pasado".
A esto se suma el importante aumento de la deuda, por arriba de lo autorizado, que atenta contra la estabilidad financiera, además que estos recursos deberían ir a infraestructura, pero este rubro está en un nivel muy bajo.
Pendiente, el Consejo fiscal
El pendiente para la nueva administración es la creación de un Consejo fiscal autónomo que realice estimaciones realistas e independientes para diseñar el presupuesto, explicó González.
Esta medida despolitizaría el presupuesto Federal, añadió.