Economía

Oleada de revisiones en estimados de crecimiento


 
 
Clara Zepeda Hurtado
 
 
La euforia desencadenada al inicio del nuevo gobierno es inconsistente con la anémica realidad económica del país; de ahí la oleada de correcciones en las proyecciones de crecimiento para este año tanto oficiales como de los mercados, afirma Alfredo Coutiño.
 
 

El director para América Latina de Moody's Analytics asevera que nada o casi nada ha cambiado estructuralmente en la economía mexicana como para haber justificado la exageración de los mercados ante el arribo de la nueva administración.
 
 

"Los mercados no sólo compraron la idea de las nuevas reformas, sino que incluso olvidaron la historia económica del país como si todo hubiera cambiado; ese olvido y euforia reformista es lo que está ocasionando la oleada de correcciones en los estimados de crecimiento para el presente año tanto oficiales como de los mercados", destaca.
 
 
Explica que la crónica debilidad estructural y el pobre desempeño industrial del primer semestre -reflejado en una significativa contracción del sector construcción-, dan evidencia de que la economía mexicana no ha sido capaz de librarse de las desaceleraciones tradicionales de inicio de cada sexenio, cuando se producen retrasos en la ejecución del presupuesto federal y rezagos en las decisiones de inversión y consumo del sector privado.
  

Mientras que el avance de las manufacturas, lento pero hacia adelante, desmiente que la desaceleración mexicana sea producto neto de la debilidad en la recuperación estadounidense. Por ello, sostiene Coutiño, "resulta injusto seguir culpando a Estados Unidos de nuestra debilidad económica interna".
  

Héctor Chávez, director del Área de Análisis de Santander México, anunció que revisaron nuevamente a la baja el crecimiento económico esperado para este año a 2.2 desde 2.6%.
 
 

"Aunque nuestra expectativa para la segunda mitad del año es de una mejora moderada en las cifras de actividad económica, la producción industrial y otros indicadores han sido más débiles de lo esperado en la primera mitad del año".
 
 
 
El directivo de Moody's Analytics recalca que "la realidad económica mexicana demuestra que la economía continúa padeciendo la misma anemia crónica del pasado, que el ciclo político continúa siendo un determinante importante del crecimiento al inicio de cada gobierno, y que el 'viento' no debería ser una variable explicativa en los modelos de predicción económica, porque ello hace que los pronósticos se muevan constantemente conforme sopla el viento.
 
 

Añade que la poca o nula respuesta mostrada por los mercados ante la presentación de la iniciativa de reforma energética por parte del gobierno federal no sólo refleja su descontento con dicha propuesta, sino también comprueba que la euforia desencadenada al inicio del nuevo gobierno era inconsistente con la anémica realidad económica del país.
 
 

El haber ignorado los efectos contraccionistas del ciclo político sobre la actividad económica y la euforia generada por los vientos de reformas han hecho que los estimados oficiales y del mercado se hayan quedado muy optimistas, lo cual explica las constantes revisiones a la baja en los pronósticos del crecimiento del PIB para el presente año.
 
 

El gobierno redujo su estimado inicial de 3.5 a 3.1%, el cual ya se quedó optimista, mientras que el Banco de México bajó su rango en un punto porcentual para dejarlo entre 2 y 3%.
 
 
 
 

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