Las petroleras noruegas y el sindicato más importante de la industria habían establecido dos días para negociar sobre los salarios de los trabajadores offshore.
Sin embargo, las conversaciones se interrumpieron en menos de un minuto.
El fracaso muestra el tamaño de la brecha que habrá que superar mediante una mediación estatal para que Noruega, la mayor productora de petróleo y gas de Europa occidental, pueda evitar una huelga que profundizaría la crisis provocada por el colapso de los precios del crudo desde el 2014.
La interrupción de las negociaciones salariales de los trabajadores que actúan mar afuera en las plataformas de extracción, donde una huelga tendría consecuencias inmediatas sobre la producción, tiene lugar después de que, a principios de mes, se estancaron las negociaciones para los trabajadores de las plataformas petrolíferas y de las bases de suministro en tierra. El riesgo de que se desaten varias huelgas se presenta en el momento en que la economía de Noruega está padeciendo más que durante la crisis financiera. Se prevé que las inversiones offshore caerán por tercer año consecutivo en el 2017 y que se perderán aproximadamente 40 mil puestos de trabajo en la industria petrolera.
"La situación es la más trabada en un largo tiempo", dijo Leif Sande, líder del sindicato Industria y Energía. "Las diferencias resultaron tan evidentes desde un principio que daba igual arreglar de inmediato una cita con el Mediador Nacional en lugar de quedarnos sentados aquí durante dos días".
Los sindicatos quieren negociar sobre la base de un acuerdo patrón pactado a principios de este año entre empleadores y trabajadores de las industrias exportadoras.
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