Economía

No quieren a Pokémon Go en Los Hamptons

Pese a la euforia mundial por el videojuego de Nintendo, Pokémon Go, hay personas que se resisten a formar parte de esta vorágine y prefieren mantenerse al margen. 

¿Juegas Pokémon Go?

"¡Qué va! No", dijo Nico Muhly, compositor de música clásica contemporánea el sábado por la noche. "Qué pregunta absurda. ¿Qué diablos te pasa?".

Muhly, de 34 años, acababa de tocar en la fiesta anual a beneficio de LongHouse Reserve en East Hampton, con el parque como sala de conciertos, después de un día ensayando y esquivando aspersores destinados a mantener el aire fresco en medio del calor.

Pronto se sentaría a cenar bajo las estrellas junto a la artista Cindy Sherman.

El desinterés de Muhly por el furor que genera el juego móvil de Nintendo fue compartido por otros asistentes a la fiesta. No se detectó a ninguno de ellos deambulando por el césped, monitoreando el lugar con sus teléfonos en busca de criaturas virtuales –quizá por cortesía, aunque casi todos insistieron en disociarse de esa moda.

"Yo me resisto", dijo Michael Rubenstein, presidente de AppNexus, una compañía de tecnología de Manhattan con una plataforma de publicidad, dirigiéndose hacia la piscina de entrenamiento. Después de todo, se supone que trasladarse hasta el East End significa "estar lejos del teléfono".

"No lo he probado ni pienso hacerlo", dijo el artista Scott Bluedorn, cuya serie de dibujos "Forbidden Islands" se presentó en el Parrish Art Museum, con la muestra "Radical Seafaring", que cerró el domingo.
La fiesta ofrecía, en lugar de Pokémon, telescopios junto al Montauk Observatory, para ver Saturno.

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