Economía

Ni los bitcoins salvan a los gobiernos de sanciones

El Ministerio de Finanzas de Vladimir Putin quiere permitir que se negocien criptomonedas en los mercados oficiales rusos. Los hackers de Kim Jong-un roban dinero digital. Nicolás Maduro espera que una criptodivisa con respaldo de petróleo vuelva a atraer inversión a Venezuela.

Los tres gobernantes ingresan a la fiebre del dinero digital en momentos en que sus regímenes enfrentan el mismo problema: sanciones que obstaculizan su acceso al sistema financiero global.

Sin embargo, si bien el bitcoin y las monedas virtuales opacas pueden proporcionar fuentes de dinero a parias políticos, el mercado es aún demasiado incipiente como para poder burlar de forma significativa un bloqueo económico encabezado por Estados Unidos.

Todo autócrata que contemple el bitcoin como refugio ante sanciones debe enfrentar una simple cuestión de magnitud. El total de las monedas digitales del mundo vale alrededor de 700 mil millones de dólares, según Coinmarketcap.com. Es aproximadamente la séptima parte del mercado cambiario diario.

"Hay que pensar cuántos dólares estadounidenses hay en circulación y cuánto tendría que valer cada bitcoin para igualar ese valor. Sería una cifra absurdamente alta", dijo Tom Uren, un investigador visitante del Centro Internacional de Ciberpolíticas del Instituto Australiano de Política Estratégica.

"A largo plazo es posible, pero estamos hablando de décadas y más décadas. El dinero en efectivo no desaparecerá pronto".

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Control del mercado

Por otra parte, los entes reguladores se apresuran a contener las monedas digitales. El Banco Central de China declaró ilegales las ofertas iniciales de monedas en septiembre.

El jueves, el ministro de Justicia de Corea del Sur reiteró una propuesta de prohibir las bolsas de criptomonedas. La agencia de noticias Yonhap informó el sábado que las autoridades pidieron a los bancos que adopten cuentas en moneda digital con nombres reales.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steve Mnuchin, declaró el viernes al Economic Club de Washington, D.C, que no le preocupaba "en absoluto" que Rusia u otros países pudieran usar monedas digitales para evadir las multas.

"No creo que sea motivo de preocupación", explicó y destacó que las bolsas de monedas digitales estaban sujetas a las mismas exigencias que los bancos en cuanto a determinar quiénes son sus clientes.

Estados Unidos sanciona a personas y organizaciones, no activos, y esas medidas siguen aplicándose a estados que tienen sus ganancias en criptomonedas.

Incluso si Maduro logra superar el escepticismo de los inversores y atraer inversión a la "petro" venezolana con respaldo de petróleo, quienes usen la moneda podrían quedar atrapados en las sanciones.

"El detalle de cómo se emite es clave porque hay que confiar en la criptomoneda y tiene que haber mercado para ella", detalló Jim Fitzsimmons, un director de Control Risks en Singapur. "Venezuela está en un muy mal momento. No veo cómo podría ayudar la maniobra de la criptodivisa".

En Rusia, el Banco Central se opone a un intento del Ministerio de Finanzas, anunciado el jueves, de permitir la negociación de monedas digitales en mercados oficiales.

El viceministro de Finanzas, Alexey Moiseev no se desalentó y mencionó a la prensa que el ministerio usaría el "poder del pensamiento y la palabra" para convencer al Banco Central.

El uso de criptomonedas para evadir sanciones sería particularmente problemático para estados petroleros que necesitan acceso al sistema financiero convencional, en especial a dólares estadounidenses, para vender su petróleo.

La economía de Irán, por ejemplo, es demasiado grande para que el bitcoin pueda servirle de salvador.

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