En el mundo hay alrededor de dos mil millones de personas que no tienen acceso a servicios financieros por lo que no son capaces de hacer pagos, ahorrar ni invertir. Para revertir esto, la inclusión financiera debe avanzar de forma coordinada entre instituciones financieras y autoridades, señala un informe presentado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
El reporte de Inclusión Financiera señala que los bancos en el mundo han contribuido a la ampliación de la inclusión financiera, pero considera necesario hacer un esfuerzo colectivo para que este factor impulse el crecimiento de los países.
Para ello, dijo, es necesario que se venzan las principales barreras que existen como la falta de confianza en los bancos, principalmente en las plataformas digitales. Otro obstáculo es la falta de capacidad financiera y la alfabetización digital, que conducen a la falta de uso.
Otras brechas por cerrar son las redes de agentes corresponsales, la falta de capacidad para analizar y la voluntad de las partes para compartir datos y las regulaciones en torno a esos temas.
También la reglamentación, especialmente para fijar precios, la capacidad y los requisitos de conocimiento del cliente, así como la falta de coordinación entre los órganos de gobierno y la carencia de conectividad e infraestructura.
Sin embargo, dada la escala de los bancos, se tiene la capacidad para abordar el mercado habilitado por las nuevas tecnologías y la infraestructura de telecomunicaciones, los cuales están reduciendo los costos para servir al cliente.
De acuerdo con el informe, la banca digital permite dar servicio a las poblaciones rurales y remotas y a tener transacciones más baratas para los clientes con cuentas pequeñas, bajos ingresos e ingresos irregulares, especialmente los que están en la economía informal.
El IIF explicó que aun cuando se habla mucho del dinero móvil que se mueve vía las nuevas empresas tecnológicas, conocidas como FinTech, los bancos tradicionales tienden a trabajar sobre la inclusión financiera.
Prueba de ello, es que aproximadamente 721 millones de adultos tuvieron acceso a nuevas cuentas financieras entre 2011 y 2014 y más de 90 por ciento de ellos abrieron una en instituciones financieras, tendencia que se mantiene en los países de ingresos medios.
El informe prevé que de abatirse las barreras de entrada de la inclusión financiera los bancos tendrán mejores oportunidades, como avanzar en los pagos digitales en procesos como transferencias de programas sociales, pensiones, entre otros.
Asimismo, se empezaría a entender las necesidades de las personas subbancarizadas para ofrecerles productos acordes. Además, se abaratarían los costos y los riesgos al lograr que se alineen todos los sistemas de banca digital, beneficiando no sólo a los bancos con la ampliación de los servicios bancarios sino aumentando los clientes.
De personas en el mundo no tienen aún acceso a servicios financieros para ahorrar e invertir.