Felipe Sánchez G.
Luego del primer trimestre del año, la economía de Estados Unidos empezó a reportar una serie de cifras positivas que han modificado el panorama que consideraban los inversionistas en el futuro inmediato de la todavía considerada máquina industrial y comercial más importante del mundo.
Ayer mismo (lunes 13 de mayo) el dato de ventas minoristas en abril, de 0.1%, fue positivo considerando que la expectativa del mercado era de menos 0.3 puntos, y que el porcentaje previo se colocó en menos 0.5 por ciento.
Pero no sólo eso: los datos de empleo, balanza comercial, solicitudes por seguro contra desempleo, confianza del consumidor, ventas de casas nuevas y usadas, e incluso el PIB, son los que están impulsando la confianza de los mercados en la economía de Estados Unidos y en su divisa.
El cúmulo de información positiva impulsa al dólar en los mercados cambiarios globales contra otras monedas del mundo industrializado y emergente; ayer la divisa estadounidense rebasó los 102 yenes, algo no visto desde mediados de 2009.
El efecto llegó hasta México y debilitó al peso por segunda sesión consecutiva, ya que la cotización interbancaria del dólar se ubicó en 12.14 unidades, sólo 2 días después de que rompiera el piso de 12 pesos.
La perspectiva sigue siendo positiva para el peso, aunque en este momento la fortaleza global que demuestra el dólar llega incluso a Latinoamérica y sus divisas.
El empuje del dólar se sustenta también en las expectativas de los mercados sobre la política monetaria de Estados Unidos. Si las cifras económicas siguen mostrándose favorables existe la posibilidad de que los estímulos monetarios concluyan antes de lo esperado. Los datos podrían estar señalando efectos positivos sobre la economía real.
No echar las campanas al vuelo
Si bien los reportes económicas de Estados Unidos son favorables respecto a otras épocas, la realidad es que tampoco son datos para echar las campanas al vuelo, si acaso confirmar que la economía más importante del planeta está en una línea de recuperación, misma que siempre será buena noticia para un país tan cercano como México.
Por ejemplo, los indicadores más sólidos se han dado en la creación de nuevas plazas y solicitudes por seguro contra desempleo, lo que pudiera señalar mejora económica, pero también la presencia de un pequeño ciclo alcista en algunas actividades económicas.
La realidad es que las cifras positivas llevan solamente mes y medio y la crisis muchos meses más, sin considerar los efectos que se arrastran desde 2008, la hecatombe financiera global provocada por el sector hipotecario estadounidense.
Información proporcionada por El Financiero Diario.
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