Economía

Llega 2019 y se cumplen dos décadas de Unión Monetaria de la UE

El euro es uno de los símbolos más importantes de la integración económica a nivel global y una de las principales fuentes de fortaleza de una Unión Europea, que ha sido criticada constantemente en años recientes.

Hace veinte años, la integración económica del Viejo Continente experimentó su avance más trascendente desde la firma del Tratado de Roma de 1957, que dio vida a la Comunidad Económica Europea (CEE).

El 1 de enero de 1999, 11 países de Europa amanecieron con una nueva moneda: el euro. Aunque al principio convivió con las antiguas divisas del continente, en 2002 el euro se convirtió en la moneda única del proyecto paneuropeo, cuyo objetivo es facilitar las transacciones monetarias y comerciales en la región, impulsar a la economía y generar un desarrollo equitativo entre usuarios.

A raíz de la crisis de 2009, el euro ha sido objeto de críticas por su presunto rol en el empeoramiento de las condiciones económicas en países como Grecia. Pese a ello, la Unión Europea ha continuado defensa de su moneda y la ha impulsado para que más de sus integrantes la adopten como suya.

El sacrificio para utilizar el euro no es bajo: se cede el control de la política monetaria y cambiaria a un ente supranacional, el Banco Central Europeo (BCE), a cambio de estabilidad y respaldo de otras economías fuertes.

Hoy, el euro es la segunda divisa más negociada del orbe y la moneda de uso diario de al menos 340 millones de personas en 19 país es de la Unión Europea.

El panorama para la moneda común en 2019 es complicado, sobre todo ante el cambio de liderazgo en el BCE y el Brexit. No obstante, el euro es un símbolo de integración en niveles nunca antes vistos y una fuente de fortaleza regional en un momento en que la propia existencia de la Unión Europea se ha puesto en duda.

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