Economía

Irene Espinosa, la ‘agresiva’ en el Banxico

El Banco de México señaló algunas presiones inflacionarias y advirtió sobre los riesgos de algunas políticas del Gobierno entrante para el crecimiento económico y la formación de precios.

Por segunda vez consecutiva, la Junta de Gobierno del Banco de México tomó una decisión de política económica de forma dividida, según la minuta de la más reciente decisión de política monetaria publicada este jueves.

El banco elevó el 15 de noviembre la tasa de interés de referencia de 7.75 a 8.0 por ciento, su nivel más alto en más de una década.

Sin embargo, la subgobernadora Irene Espinosa votó a favor de subir en 50 puntos base la tasa de referencia, mientras que el gobernador, Alejandro Díaz de León; y los subgobernadores Roberto del Cueto, Manuel Ramos, Javier Eduardo Guzmán votaron por subirla en 25 puntos.

Espinosa justificó su voto en que "los ajustes que han experimentado los mercados financieros locales han sido de magnitudes superiores a las ocurridas en otras economías emergentes".

La subgobernadora señaló que esto responde a factores idiosincráticos, "como anuncios que la administración entrante ha dado en materia de políticas públicas y diversas iniciativas legislativas que han generado un clima de incertidumbre sobre el rumbo de la economía nacional, la sostenibilidad de las finanzas públicas y las condiciones futuras para la inversión privada"

Explicó que esto derivo en un aumento de la primea de riesgo país, un deterioro de las perspectivas de las calificadores y una recomposición de portafolios hacia un menor apetito por los activos mexicanos.

Los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) señalaron que el balance de riesgos para la trayectoria esperada de la inflación muestra un importante sesgo al alza en un entorno de incertidumbre.

Destacaron la posibilidad de que el peso mexicano se vea presionado por factores externos e internos: un posible escalamiento de medidas proteccionistas a nivel global, presiones adicionales en los precios de los energéticos o incrementos en los precios de los productos agropecuarios, un deterioro en las finanzas públicas y que las negociaciones salariales no sean congruentes con las ganancias en productividad.

Como un riesgo adicional para el crecimiento de la economía, la Junta señaló el ciclo de ajuste a la baja del gasto público que, por lo general, se observa con el proceso de transición y llegada de una nueva administración.

Algunos añadieron como riesgo la persistencia e intensificación de los factores que han propiciado un entorno de incertidumbre y una menor confianza en las perspectivas de la economía mexicana, como consecuencia de las acciones de política pública que podría tomar el nuevo Gobierno o de la falta de claridad en torno a estas.

La Junta de Gobierno también consideró "indispensable" ajustar la política monetaria para que la inflación converja a la meta de 3 por ciento en el horizonte de pronóstico.

La minuta señaló que la junta tomará las acciones que considere necesarias, en particular el mantenimiento o un posible refuerzo de la postura monetaria actual, a fin de que la inflación general converja al objetivo fijado por Banco de México.

"La junta mantendrá una postura monetaria prudente y dará un seguimiento especial, en el entorno de incertidumbre prevaleciente, al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos y a (...) la economía".

La inflación se desaceleró más que lo esperado al llegar a un nivel de 4.56 por ciento anual hasta la primera mitad de noviembre, pero sigue lejos de la meta permanente de 3 por ciento.

Con información de Reuters

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