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Hay que tomar acciones rápidas y contundentes para erradicar la corrupción que se ha "enquistado" en la sociedad mexicana, pues inhibe la inversión, que es el principal motor del crecimiento, planteó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo de investigación del sector privado señala que dado que la solución de la corrupción cruza varias dimensiones, para lograr erradicarla se requiere un programa integral, inteligente, con varias metas y estrategias prácticas e inmediatas.
Además, una comisión anti-corrupción independiente; erradicar la impunidad de manera contundente como condición necesaria; y una decisión al más alto nivel político, expone en su reporte semanal "Análisis económico ejecutivo".
"El compromiso de erradicar la corrupción ha sido nuevamente uno de los temas principales de la nueva administración. Es por eso que las acciones a tomar deben ser rápidas y contundentes", señala.
Para lograr los objetivos de crecimiento económico elevado, así como mejorar el bienestar de la población y las reformas estructurales que ahora se discuten, considera fundamental resolver los problemas de impunidad y corrupción, con el objetivo de tener un ambiente propicio para la inversión y que mejore la distribución del ingreso.
Señala que en la actualidad persisten en México la falta de transparencia y la corrupción es muy elevada, fenómenos que se han arraigado debido a que existen las condiciones para ello.
El alto grado de corrupción de México lo ha llevado a colocarse en niveles muy altos en el ranking mundial del Índice de Percepción sobre Corrupción 2012, que realizó Transparencia Internacional, al ubicar al país en la posición 105 de un universo de 176 naciones, refiere.
Esto ubica a México a la altura de naciones tan corruptas como Kosovo, Mali, Filipinas y Albania, y lejos de las naciones desarrolladas pertenecientes a la OCDE.
Precisa además que hay un ambiente de alta criminalidad y violencia y uno de los índices más altos de crimen organizado, pues según el World Economic Forum (WEF) México se colocó en 2012 en el lugar 139 en materia de crimen organizado, a solo cinco peldaños del final de la tabla.
De igual forma, en la Encuesta de Victimización de Empresas del INEGI se aprecia que en cuanto a la percepción de corrupción en autoridades a cargo de la seguridad pública, seguridad nacional, procuración e impartición de justicia, 78.2 por ciento de las unidades económicas considera que la Policía de Tránsito es corrupta.
Le sigue la Policía Preventiva Municipal con 70.1 por ciento, la Policía Ministerial o judicial con 69.9 por ciento y el Ministerio Público con 66.8 por ciento.
Para el CEESP, "la corrupción y la falta de transparencia tienen serias consecuencias negativas. Posiblemente las más relevante son una menor inversión, afectado seriamente la posibilidad de un mayor ritmo de crecimiento de la economía".
"Evidentemente este no es el mejor entorno para que empresas y personas se desarrollen eficientemente, pero si es el mejor momento para lograr cambios que contribuyan a revertir los efectos negativos de todo este contexto".
De acuerdo con el organismo, lo primero y más importante es hacer que las reglas del juego sean los suficientemente claras, de lo contrario no habrá incentivo alguno para que crezca la inversión.
Ante ello, refiere, son de vital importancia las instituciones, ya que son ellas las responsables de hacer cumplir la ley de tal manera que se fortalezca el Estado de derecho y los derechos de propiedad.
Destaca que las instituciones eficientes y la certeza sobre los derechos de propiedad propician una mayor inversión y actividad económica, así como el crecimiento de la productividad y prosperidad económica.
Expuso que para que haya claridad de las reglas del juego es importante un entorno en el que destaque el respeto a la ley y aplicación de las sanciones que de ella se deriven; cero impunidad; la rendición de cuentas; un Poder Judicial honesto e independiente; un Poder Ejecutivo fuerte y eficaz y policía confiable.
Los intentos para eliminar la corrupción han tenido éxito cuando las decisiones se emprenden de manera muy rápida, contundente y por supuesto, apoyadas por los niveles más altos de gobierno, añade.
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