Productores de petróleo de Estados Unidos, ansiosos por exportar suministros de su crudo, podrían tener en México una forma de darle la vuelta a una prohibición que está vigente desde 1975.
Pemex ha expresado su interés en importar una parte del petróleo ligero que Estados Unidos tiene en abundancia, cambiándolo por petróleo mexicano más pesado que las refinerías de la Unión Americana son capaces de procesar. Si esto es aprobado por el Departamento de Comercio de Estados Unidos, sería otra exención permitida por la administración del presidente Barack Obama, la cual avaló este año que dos productores vendieran un tipo de crudo ligeramente procesado en el extranjero.
Estados Unidos prohibió las exportaciones de crudo en respuesta al embargo árabe en 1973, aunque con algunas excepciones como las ventas a Canadá. Los productores estadounidenses presionan actualmente para relajar o poner fin a esta medida, debido al aumento de crudo gracias a las formaciones de esquisto en Dakota del Norte y Texas, que pronto superarán su capacidad de refinación.
Este impulso para bordear la prohibición de 40 años pone de relieve que las nuevas técnicas de perforación han llevado a Estados Unidos de depender de las importaciones del hidrocarburo a producir demasiado.
"No hay interés en levantar por completo las restricciones para exportar, pero al parecer hay una mayor voluntad para incrementar las exportaciones bajo las reglas actuales" dijo en entrevista Jacob Dweck, abogado de Sutherland, Asbill y Brennan LLP, firma que representa a las empresas que buscan terminar con la medida prohibitiva.
Héctor Moreira, quien dejó el consejo de Pemex este mes, señaló que la empresa mexicana está contemplado importar petróleo, en parte como consecuencia de la reforma energética.
"Las refinerías de Pemex podrían beneficiarse de una combinación mejorada de crudo y para mejorar la mezcla necesitamos considerar la importación, que es especialmente importante en medio de la apertura de la industria en la que Pemex ahora se enfrentará a la competencia" dijo Moreira.
El gobierno de Obama podría aceptar la petición de Pemex bajo una exención que permite ciertos intercambios. En ese acuerdo, Estados Unidos podría intercambiar su crudo ligero por uno más pesado que las refinerías en Texas y Luisiana pueden procesar. Para este arreglo no se necesita acción alguna del Congreso.