Economía

Informe especial: Cabos sueltos del acuerdo regional


 
 
Ivette Saldaña
 
 
Con serias dificultades para encontrar consensos en los capítulos de propiedad intelectual y reducción de aranceles, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) difícilmente se terminará de negociar este año. Pero aún y cuando se concluya a principios de 2014, pasará hasta un año para que se apruebe en los Congresos legislativos de cada país, y otro tanto para su entrada en vigor, coincidieron analistas en comercio exterior.
 
 
Además, en el camino podrían integrarse otros actores, como Corea del Sur, que recientemente hizo pública su intención de adherirse al acuerdo.
 
 
Y no se descarta una posible incorporación de China, explicó el coordinador  del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la UNAM, Enrique Dussel.
 
 
Aunque de ocurrir, las negociaciones podrían reiniciarse, volver "a cero", porque hay capítulos del TPP que llevan dedicatoria a la economía de China.
 
 
Por ejemplo, los 12 países miembros del tratado promueven un capítulo para generar mayor competencia y frenar la participación de las paraestatales, aseguró el especialista.
 
 
El director de la subsede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en México, Hugo Beteta, explicó que se pensó que con el TPP Estados Unidos buscaría tener una relación con Asia que no estuviera tan dominada por el efecto China.
 
 
"Aunque a la fecha la economía china no participa, resulta importante que los países de Latinoamérica sigan sus propios intereses e intenten equilibrar la balanza comercial que tienen con ese país, porque el intercambio comercial deja a la mayoría un saldo deficitario", expuso Beteta.
 
 
Con el TPP habría mayor competencia para los países de América Latina, sobre todo en sectores tradicionales como el textil-confección en donde Vietnam es muy competitivo, lo cual podría ser una amenaza para la industria de esta región, añadió.
 
 
Arnulfo Gómez, investigador de la Universidad Anáhuac, dijo que para que México pueda enfrentar el TPP es importante que primero cuente con una política regional que le permita una integración productiva.
 
 
Con el acuerdo se liberará la importación de productos de países fuera de América Latina, principalmente asiáticos (en este caso Malasia, Singapur y Vietnam y particularmente Japón en el caso de la industria automotriz); "países que han demostrado ser más competitivos y coherentes que México y con los que consecuentemente hemos registrado un déficit creciente", agregó Gómez.
 
 
Apuntó que es importante que en esta negociación México se mantenga con una perspectiva "defensiva" porque así mantendrá los beneficios que ya ganó con Estados Unidos y Canadá con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
 
 
Dussel Peters consideró que sin embargo, lo más importante sería que en primer lugar México buscara actualizar, modernizar y profundizar los acuerdos comerciales y de inversión que tiene con los países de Norteamérica, Japón y la Unión Europea.
 
 
Por su parte, los negociadores de los 12 países integrantes –Australia, Brunei, Canadá, Chile,  Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda, Malasia, México, Perú, Singapur y Vietnam— tienen la presión de terminar las negociaciones en 2013, para luego lograr la aprobación del tratado en los congresos de sus países, afirmó José Guadalupe Barrera Flores, director del departamento y de la Maestría en Estudios Internacionales EGAP del Tecnológico de Monterrey, Ciudad de México.
 
 
"La importancia política del acuerdo es tal, que posiblemente durante la Reunión Ministerial de la OMC en Bali se procuró resolver algunos problemas de capítulos del TPP en reuniones paralelas al acuerdo multilateral, el cual es menos importante que el diálogo del acuerdo regional o TPP", explicó el académico.
 

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